Familia

Me pregunto que ha sucedido en ABC los dos últimos días del año. Conozco ─creo─ las "costumbres" de este periódico, y debo confesar que me ha sorprendido desagradablemente la exageración y euforia concedida a la jornada en defensa de la familia cristiana que tuvo lugar el domingo 30 en la Plaza de Colón de Madrid. Y diréis, pues eres un poco tonta porque ABC siempre ha defendido los valores cristianos. Y yo respondo, si, pero hasta el momento (creía yo, o quizás imaginaba) lo hacía honestamente y no con la ostentación desproporcionada e inconsistente ─erigida sobre escombros─ que lucen otros medios y el mismo ABC en este caso. Y es que creo que se trata a la familia con muy poca justicia, transformándola en algo exclusivo de la cristiandad, dotado de valores exclusivamente cristianos y, fuera de esto, parece no existir lugar más que para la inmundicia. Todo aquello que esté fuera de la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer (con todo lo que implica para la fe cristiana), será un obstáculo para la paz, provocará la ausencia de solidaridad y colaboración, la perdición de la humanidad, el separatismo, el crimen, el analfabetismo que se vanagloria de serlo...

Reconozco que todo esto no sería tan notable sin la aportación del columnista de ABC, Juan Manuel de Prada, con quien no comulgo ni de lejos, pero al que siempre leo y respeto porque es un hombre culto, inteligente, respetuoso y honesto (hasta cierto punto). Pero en su articulo del día 31 "Familia y tradición", se desboca en un nuevo ataque (esta vez, sin sentido y poco creíble) contra los "progres", en el que mete en el mismo saco a un montón de gente que no se siente cristiana ni, por esta razón, "progre" (nadie más que un imbécil puede sentirse el "progre" que Prada define) y que es capaz de amar, respetar, vivir en comunidad, colaborar dignamente para que el sistema siga funcionando, valorar la cultura, la herencia, "tener la firme convicción de la necesidad de conservar algunas cosas banales que no vemos o despreciamos o que incluso combatimos porque nos sentimos ilusoriamente tan ligeros que arremetemos contra todo lo que tiene peso".

La última frase entrecomillada pertenece al libro "Leer con niños" de Santiago Alba Rico... "durante años los hombres justos, los hombres normales, descontentos del orden de las cosas, sublevados contra tanto sufrimiento, han creído que el enemigo era la familia, la escuela, la universidad o el Estado, que chamuscaban sus campos y alimentaban mal a sus vacas, sin percatarse de que en realidad les estaban protegiendo del capitalismo..." Si, aparece la palabra maldita: capitalismo; y es que Santiago Alba es comunista (o al menos, lo ha sido), de izquierdas e intelectual (no del mismo tipo que Prada, aunque ambos han tenido, seguramente, el privilegio de crecer en una familia adinerada y la oportunidad de leer todo lo necesario para librepensar). Santiago Alba simplemente demuestra que hay mucha gente que defiende la familia sin ser necesariamente de derechas, ni "aznarines", ni modelos conservadores que no son más que modas o tendencias como cualquier otra. Hay mucha gente, lejos de Santiago Alba, que dudan de la eficacia del modelo progresista, que confían en un modelo de educación que podría denominarse conservador (ordenado, riguroso, pendiente siempre de la tradición filosófica, moral, científica), modelos basados en la razón que están lejos de toda tendencia postmoderna... pero que, sin embargo, adoptan el resto de los modelos que han surgido en el siglo XX porque nos pertenecen de igual forma que los anteriores. Hay que conocer y educarse y trabajar. Hay personas que, sin ser católicas, no reniegan de la religión, porque es parte de nuestra cultura. Hay que leer, hay que conocer. Hay que ser muy idiota para desterrar ciertas cosas.

Dice Juan Manuel de Prada que los "progres" utilizan desdeñosamente el calificativo de "tradicional" e intenta idiotizarlos aún más diciendo que "familia tradicional" es lo mismo que "cigüeña ovípara"... Dice que el progre es analfabeto y se vanagloria de serlo... "Al decir familia tradicional, el progre revela dos rasgos constitutivos de su idiosincrasia: su incultura supina (ignora el muy zoquete que traditio significa entrega, transmisión; y huelga explicar que no puede existir familia si no existe transmisión de vida, efectos y valores) y su odio atávico, inveterado, insomne a la tradición.

Esto es una necedad. Por supuesto que Prada sabe lo que hace, propaganda de la más barata que existe. Deberían ficharle en El Mundo. "La razón vital del progre es terminar con la tradición, romper los vínculos que unen unas generaciones con otras"... Pero ¿dónde están estos progres? ¿quiénes son? ¿se refiere el Sr. Prada a una tribu urbana?..." El progre, para llevar a cabo su misión necesita destrozar el tejido celular de la sociedad, los vínculos que unos hombres entablan con otros según un impulso cordial y sagrado. También sabe que la primera sociedad natural es la familia: destruida ésta, será mucho más sencillo llevar a cabo sus designios"... Vamos el Apocalipsis según el autor de "Coños". Sinceramente, no me toque los "higuillos".

No digo más. Termino con un gran párrafo del libro de Alba para que veamos como alguien que no se define como cristiano, ni como progre (aunque seguro que para Prada lo es), habla de la familia. Alguien con dos hijos que sabe perfectamente el significado de traditio y de muchas otras cosas. Un texto muy hermoso (a mi entender), como casi todo el libro.

"El amor al hijo es una epidemia contra la unidad, una proliferación de Pares en los bordes del contrato social. La idílica familia hegeliana, concebida como un pasaje inmanente del Uno al Tres, olvida la escandalosa capacidad de este amor al Tercero para amar al mismo tiempo, y de un modo igualmente exclusivo, a un Cuarto y a un Quinto y a un Sexto: es el peligro de la tribu. Frenar a la madre sin suprimirla constituye la verdadera cuadratura del círculo de la reproducción social, nutrida y amenazada por este amor sectario, pero sólo bajo el capitalismo, al que sobra la sociedad misma, la maternidad ha empezado a ser perseguida como un obstáculo y reprimida como una vergüenza en el marco de una economía idealmente "soltera" de puros intercambios individuales.... El amor a los hijos, es materialista, en el sentido de que la maternidad, horno de la educación, sólo subsidiariamente se ocupa de las "almas"... El cristianismo bautiza las almas de los niños cuando lo que hay que bautizar es el olor a menta en la nariz de Lucía. La religión salva el espíritu de los niños cuando lo que hay que salvar es la intensidad del limón en los dientes de Juan... cuando lo que hay que salvar es el sabor a galleta en la boca de Daniel; cuando lo que hay que salvar es la textura de la lana en el cuerpo de Leyla; o el azul del mar en los ojos de Asan; o el trinar del pájaro y el trepidar del tren en los oídos de James y de Yin y de Soraya. Así de sacrílegas son las madres. Contra los dioses hacen las camas, contra los dioses enfrían la sopa, contra los dioses atesoran ─ y los limpian, y los abrillantan─ esos cuerpos que no quieren ceder a ningún superior. El padre soltero dice "quiero que seas ingeniero". Las madres de ambos sexos dicen: "quiero que seas de carne y hueso"... Eso que he llamado "familia" para nombrar el eje clandestino de la maternidad consiste en querer la existencia concreta de un cuerpo y, aún más, de un número potencialmente ilimitado de cuerpos... La familia, en efecto, es un ecosistema en el que no sobra ningún elemento, en el que no se puede sacrificar ninguna de las partes en beneficio del conjunto, en el que ─ al contrario ─ la negación o eliminación o deterioro de la más pequeña o torcida de sus criaturas amenaza con destruir, o al menos altera decisivamente, la totalidad de las relaciones".

Esto no es más que una lucha entre cuerpo y alma. El mercado de inmateriales parece haber vencido al cuerpo; no pensemos ahora sólo en el "alma" sino en "la imagen", esa especie de "espíritu" desprendido y emancipado del cuerpo y reproducible por medios industriales: la imagen. La oposición alma/cuerpo, ha sido sustituida por la no menos belicosa imagen/cuerpo, con un resultado desconcertante que invierte y prolonga al mismo tiempo el juego de represiones, simulaciones y amenazas...

Y aquí termino, porque como entre en ese modelo familiar que defiende nuestra iglesia (soltera), en la imagen de la "esposa" frente a la de su "marido", en la abnegación, resistencia, aguante y enterramiento de la primera, frente al imperio moral y la libertad de acción del segundo... pues no termino.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A vuelapluma:

Que la iglesia "cristiana" defienda a la familia "cristiana" entra dentro de la más absoluta lógica de las cosas. Lo raro sería que defendieran la familia "musulmana", por decir algo. Con lo cual, quiero decir que no entiendo por qué alguien se puede sorprender o molestar porque lo hagan. Si para ellos (los cristianos, la Iglesia), ése es su modelo ideal, entiendo y aplaudo que lo defiendan y lo aireen con todas las fuerzas de que sean capaces.

Otra cosa es que a ti (o a mi), nos parezca mejor o peor.Como casi todo, es opinable.

En otro orden de cosas: Juan Manuel de Prada, al que citas, es el típico caso del culterano actual. Cuánto habría disfrutado el gran Quevedo combatiendo su verborrea. Detrás de toda su fachada cultísima, se esconde la nada. Un escritor / comentarista al que salvan los latinajos, los lugares comunes, y los requiebros retóricos. Pero sólo de cara a la galería. Cualquiera que trate de rascar un poco detrás de todo su maquillaje verborreico, poco hallará de conceptos sólidos y esencialmente argumentados. Lamentable. Y el artículo que nos ocupa no puede ser mejor ejemplo.

Más cosas: criticas en Prada que utilice, banalice, y ridiculice un abstracto concepto, cual es el de "progre". Y, a renglón seguido, caes en su misma tentación, hablando de conceptos igualmente abstractos, pero supuestamente antagónicos, como los "aznarines". ¿qué es un aznarín, Vera?

Y más: la contraposición entre la tradición, la familia....y ese supuesto Apocalipsis y caos social. Obviamente, desde que Rousseau empezó a cuestionarla, y continuaron en cadena todos los pensadores (es un decir) marxistas, la famlia ha sido atacada como fuente de los males del hombre; igualmente la idea de herencia, &, &...porque suponían trabas a la idealizada sociedad igualitaria, utopía final de todos estos dementes. Hasta tal punto, que en ciertos paises orientales y comunistas se dictaron leyes por las cuales todos los niños al nacer fueran separados de sus padres, y criados y educados por un ente estatal que eliminaría el terrible concepto de vínculos famliares y fuera el germen de esa nueva sociedad de hombres iguales. ¿no se te abren las carnes? ¿no te dan ganas de participar en esa concentración de Colón, aunque sólo sea por evitar que esa pesadilla pueda instalarse en las mentes de los más idiotas? Como todo en la vida, estamos ante el juego de equilibrios, y el el justo medio donde encontraremos la virtud que dijo aquél. Para evitar aquéllas aberraciones, son necesarios actos como el de Colón. ¿en cuál de los dos te quedas?

Y, por último, el sr. Alba Rico. Otra de topicazos: frente al tan criticado concepto de progre, ahí tenemos su otro alter ego; el malvadísimo "capitalismo". Por favor, basta de lugares comunes. Seamos un poco más creativos. Por cierto, me pregunto por la opinión de este sujeto ante el aborto, cuando dice que en la familia es algo en lo que "...no sobra ningún elemento, en el que no se puede sacrificar ninguna de las partes en beneficio del conjunto, en el que ─ al contrario ─ la negación o eliminación o deterioro de la más pequeña o torcida de sus criaturas amenaza con destruir, o al menos altera decisivamente, la totalidad de las relaciones".

Hasta pronto.
Anónimo ha dicho que…
Nada que objetar al “aireo” oficial de la familia cristiana por parte de los cristianos. A mí no me parece ni mal, ni bien. Tampoco tengo nada que objetar al día del orgullo gay. Solamente pongo peros al hecho de instituir esa “identidad” como tabla de salvación de la humanidad. O sea, venderlo como un producto milagroso sin el cual, estamos perdidos y considerar escoria a todos los que no lo compren.

Nada que objetar a lo que dices de Prada.

“Aznarín” es un término acuñado por mí misma :─)que significa “los que admiran a Aznar igual que se admira a Julio Iglesias o a Isabel Pantoja” (por ejemplo)... Ya sabía yo, que alguien perspicaz, iba a tomar nota de esto. No es más que una licencia creativa :─) es que no encuentro otra definición mejor. ¿Cómo puedo hablar de los hinchas del Madrid sin decir hinchas del Madrid? ¿Cómo puedo hablar de los rojiblancos sin decir rojiblancos? Lo que resulta absurdo es que alguien, por ejemplo, considere a todos los que no son del Real Madrid, del Barsa. Tan simple como eso. ¿Los de derechas son aznarines?, pues no. Ni los demás son todos progres (o hermanos de Isabel Teruel).

No llames dementes a todos los que creyeron en un ideal de igualdad social, ni tampoco traces una pendiente hacia ciertas normas estatales en países orientales y comunistas... Ni se me abren las carnes, ni mucho menos me entran ganas de participar en esa concentración porque creo que esto no es una dualidad (o estás en un lugar o en otro – o sucede una cosa o la otra). No creo, ni de lejos, que vuelva ningún modelo social de aquellos que mencionas en estos momentos de ocio occidental. Además, no creo que se hable de igualdad sino de derecho y cada cual tiene derecho a elegir y formar una familia dentro de sus posibilidades, por lo menos en esta democracia nuestra donde, espero, la iglesia tenga poco que decir. Aquí la iglesia ni entra ni sale, salvo que algunos la lleven de la mano en determinadas circunstancias o viceversa. Aunque siempre podemos volver a modelos políticos muy del pasado.

Dices: Para evitar aquéllas aberraciones, son necesarios actos como el de Colón. ¿En cuál de los dos te quedas?.

Esto es un chiste; ¿verdad? Si me hicieran esa pregunta en serio (vamos, que me pusieran una pistola en la sien) y con las perspectivas que has arrojado sobre las leyes orientales para el adoctrinamiento de masas, respondería ¡en Colón!, válgame Dios. Cualquier cosa menos eso. Me aterrorizan los “secuestros mentales”, las “comidas de tarro” individuales o colectivas, las sectas... y si encima me “secuestran” físicamente, mucho peor... Prefiero la iglesia de toda la vida y la familia (y si me toca ser marido, mucho mejor, viven y han vivido como Dios)

Y respecto a los “males” del capitalismo, ya sabes lo que me inquieta... aunque creo que hay gente que ve demasiados fantasmas. Pero, a poco que uno profundice en la vida del dinero, como surge, como crece, cómo se gasta, empieza a tejer una larga mortaja para los muertos, las mafias, las armas, el petróleo, intereses, untarmientos que dibujan un mundo que no se puede ignorar. Como poco, lo debemos aceptar y no ser hipócritas. Quizás no sea fruto del capitalismo, quizás las mafias siempre han estado representadas en los parlamentos, y los asesinos a sueldo bajo los asientos... yo qué sé. No hay que ser creativo, hay que ver, solamente, como dice Chirbes: El modelo es ése. No deja márgenes. O lo coges entero o te quedas fuera.

Y, por último, otra de topicazos. Ya sabía yo que alguien perspicaz le haría esa pregunta a Satiago Alba. ¿Acaso adivinas su respuesta? Con todos mis respetos, ese debate, para los demás. Yo no entro ni salgo. Es más, para mí el aborto no es un tema de debate. Es como debatir sobre el crimen. Ha existido, existe y existirá siempre, organizado, sin organizar, penado, sin penar...

Un placer.

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