Desayuno en Plutón. Neil Jordan (2005)

Espero que todos hayáis podido disfrutar el viernes 21 de la luna llena; del punto de Aries; del equinoccio vernal o… del cambio de estación a secas. Caído ya el sol, mientras hacíamos el cabra por los páramos alcarreños, se abrieron las nubes sobre el horizonte y asomó la enorme luna, tenebrosa. Yo me limité a gritar ¡mirad la luna, está descomunal! saltando aquí y allá, pero un amigo mío sacó fotos. A ver si consigo alguna buena y la dejo aquí colgada. En fin; una vez más la luna, surgió tan gorda como un planeta, por ejemplo el enano Plutón. Pero no nos engañemos… la luna es mucho más pequeña que Plutón, aunque se muestre tan espléndida asomando sobre el horizonte.

Bueno, dada la bienvenida a la “ilusión lunar” del viernes, al punto Aries (mi signo, je, je) y a la primavera, vamos a hablar de Plutón; exactamente de “Desayuno en Plutón” de Neil Jordan (2005). Como podéis ver, dado el año de producción, no es una peli de actualidad (estuvo en cartelera en 2006). Pero sí en este blog donde las cosas “aparecen” igual que las estrellas de verdad (no las de Hollywood), justo en el momento en que su luz llega a nosotros.

Cuentan por ahí que Neil Jordan (el director) y Patrick McCabe (autor de la novela) tenían en mente a “Cándido”, personaje de una fábula de Voltaire, cuando se pusieron a escribir el guión.

Aquí os dejo las primeras líneas del cuento de Voltaire:

De cómo Cándido fue criado en un hermoso castillo y de cómo fue arrojado de allí.
“Vivía en Westfalia, en el castillo del señor barón de Thunder-ten-tronckh, un mancebo a quien la naturaleza había dotado de la índole más apacible. Su fisonomía anunciaba su alma; tenía juicio bastante recto y espíritu muy simple; por eso, creo, lo llamaban Cándido…”

El cuento completo lo podéis leer aquí.

Parece ser que Voltaire expone en este texto su convicción de que Dios ha puesto el mundo en manos del mal y se ha desentendido de él y de sus habitantes. Es una respuesta un tanto irónica al optimismo de Leibniz que viene a afirmar que todo sucede para bien en este, el mejor de los mundos posibles. Una caracterización del filósofo alemán sería el personaje de Pangloss…

“Pangloss enseñaba metafísico-teólogo-cosmólogo-nigología. Probaba admirablemente que no hay efecto sin causa, y que, en el mejor de los mundos posibles, el castillo de monseñor el barón era el más hermoso de los castillos, y que la señora baronesa era la mejor de las baronesas posibles...”

Así, al final del relato vemos como Pangloss transforma todos los acontecimientos que suceden en la vida de Cándido en un flujo de relaciones causa-efecto necesario hacia un fin concreto. El texto es algo así como una carcajada de Voltaire sobre Leibniz, una muestra del combate de Voltaire contra todo optimismo, en particular contra la teodicea acuñada por Leibniz que designa toda investigación destinada a explicar la existencia del mal y a justificar la bondad de Dios.

Y estaréis pensando... ¡qué leches tiene esto que ver con la película de Neil Jordan!. Pues no lo sé muy bien. Ya lo descubriréis cuando veáis la película (los que no la hayan visto).

Neil Jordan tiene bastantes pelis, yo sólo he visto unas pocas en este orden: En compañía de lobos (1984), Juego de lágrimas (1982), Mona Lisa (1986), Entrevista con el vampiro (1994). La primera de ellas deja sorprendido a cualquier curioso del género de terror. Es una peculiar versión del cuento de Caperucita Roja, tan peculiar que da una vuelta completa de tuerca y nos habla más del doloroso despertar sexual de las niñas y de peligrosos hombres cejijuntos… Aquí os dejo un bonito vídeo.



Juego de lágrimas me dejó KO. La vi hace muchos, muchos años y no he tenido oportunidad de verla otra vez. Solamente queda en mi recuerdo la emoción que sentí al verla, durante todo el metraje. Se llevó el oscar al mejor guión creo y esto lanzó definitivamente a Jordan a la fama. Después vino la entrevista con el vampiro.

También muy jovencita había leído las dos primeras novelas de Anne Rice. Si eres una apestosa romanticorra sentimental y, además, te gustan los vampiros… pues órdago a la grande. Me fliparon (lo digo en lenguaje adolescente) estas dos novelas. El resto ni lo conozco… no me interesa ya. Por primera vez Anne Rice nos traía a un vampiro supersensual… y, claro está, las féminas devorábamos cada hoja pensando en esos besos tan “intensos” que sueltan los vampiros. Por cierto, alguna vez tengo que hablar de los vampiros, ya que tanto en literatura como en el cine tenemos un legado asombroso. El mito en sí mismo es impresionante. Como aperitivo podéis leer La muerta enamorada de Théophile Gautier, una obra de arte.

¿La peli? Pues salvando la presencia del tipo este llamado Tom Cruise, bien. Nada peor que el momento en el que me enteré que daría vida a Lestat el vampiro. En fin, no lo hizo tan mal.

Y luego busqué Mona Lisa, una extraña película que ya te anuncia muchas cosas que se verán después en Juego de Lágrimas y Desayuno en Plutón.

¿Qué es lo que veo en estas pelis?, pues algo que me irrita y serena al mismo tiempo; quizás porque el director se dedica a ilustrar temas o asuntos que me parecen “peligrosos” (no en lo moral, por supuesto, sino en lo estético porque es posible caer en rollazos recargados y manieristas). Pero sobrevive en el intento. Tanto Mona Lisa, como Juego de Lágrimas y Desayuno en Plutón tratan temas que bien pueden transformarse en un espectáculo insustancial, superficial y amanerado. Lejos de esto, el director ofrece una especie de cuento o fantasía que roza lo onírico. Siempre he pensado que le salva el sueño, y mira que detesto esa “salida”. Dicen que su cine es en esencia poético: “tiende a explorar los espacios que se abren más allá del estado normal de conciencia, con frecuencia recurriendo a elementos plásticos que remiten a lo onírico. Sus películas adoptan un punto de vista enteramente subjetivo en torno a un único personaje protagonista...”

Solo me queda por decir de Desayuno en Plutón (porque no pienso decir nada de nada sobre la película) que todos los actores son magistrales. Los fetiches habituales de Neil Jordan y los nuevos. A destacar un par de cameos interesantes, el de Brian Ferry (Roxy Music) y, sobre todo, el de Gavin Friday interpretando a Billy Hatchet, líder de “Billy Harchet and the Mohawks”, el grupo al que se une por un tiempo Patrick “Kitten” Braden, nuestro protagonista interpretado a lo bestia por Cillian Murphy (Batman Begins, 28 Days later…).

Gavin Friday formó parte (la mejor parte) de Virgin Prunes, un grupo de los de "mi juventud". La caña. Aquí os dejo una versión del “pagan love song” de Virgin Prunes no apto para estómagos delicados. Después, dos vídeos de Desayuno en Plutón, uno en el que vemos a Patrick cantando con Billy, y otro que es el único que no destroza la película ni crea falsas esperanzas ni lecturas erróneas… O sea, no es un trailer sino una secuencia de fotogramas con el tema Sugar baby love de Rubettes. Por cierto, la banda sonora es espectacular.





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