Otro paseo por Madrid... hacia Caixa Forum

Es probable que esté acostumbrada al ruido, de otra forma hubiera terminado agonizando en pleno Paseo del Prado, entre el intenso tráfico de gente y de coches. Ruido. Sin atenderlo, debí caminar con rapidez (quizás corrí) unos instantes -la extraña visión de la estación de Atocha y su feo monumento a los caídos el 11 M no son de mi agrado-. Justo al rodear el Ministerio de Agricultura respiré, y el paisaje se transformó al borde de la cuesta de Moyano. Frente a la "cabeza" de Igor Mitoraj, guardé las manos en los bolsillos del anorak y subí la cremallera, hasta la nariz. Es un momento de cierre y abrigo. Ocultación y arrebujamiento (debería decir). Me gusta, cuando hace frío y sol, ocultarme al máximo en mi abrigo y descansar, como los viejos. El negro se empapa de luz. También me sirve la postura erguida, siempre y cuando disponga de unos bolsillos y engranaje que me sostengan, como la espina dorsal. Me divertía la visión de esa enorme cabeza rodeada de gente y de niños, entrando y saliendo como hormigas, asomando su cabeza por los ojos de bronce. La gente hacía fotos, se acoplaba al monstruo. Me recordé tirada en el césped que rodea a la torre de Pisa, pendiente de la especial sesión de taichí que montan todos los que desean inmortalizarse “sujetando” la torre. El paseo fue agradable. A las siete de la tarde todas las esculturas estaban iluminadas por el sol de poniente y las ramas de los árboles mutilados sugerían un bonito fondo. Hasta me atreví a cruzar corriendo la carretera, no fueran a cerrar Caixa Forum.

En el interior, otra marea… Aquí os dejo un resumen fotográfico. Y no meterse con las fotos porque no son lo mío. Lo mío es el break dance.