Esa belleza… Sobre Alberto Giacometti


Un día, alguien le preguntó a Alberto: Cuando tus esculturas tengan finalmente que abandonar el estudio, ¿dónde irán? ¿a un museo? Y él respondió: No, que las entierren, así podrán hacer de puente entre lo que está vivo y la muerte.

He releído un pequeño ensayo, resumen de una actividad realizada por John Berger: mirar las fotografías realizadas por Marc Trivier en el estudio de Giacometti. O quizás mirar a Giacometti… El libro es una reflexión sobre la sensibilidad, o el conjunto de interruptores que se “activan” al mirar alguna cosa, o un pequeño cúmulo de recuerdos, o de deseos, o una de las posibles respuestas a la pregunta ¿qué nos pasa cuando miramos una obra de arte? o ¿qué le pasa a John Berger?

"En este libro, Giacometti y Trivier van en busca de una zona de experiencia en la que el acto de mirar equivalga a un encuentro. O dicho de otro modo: no ofrecen testimonio de una presencia sino de un movimiento común de acercamiento. No dejan tras de sí el gesto de unos pasos decididos sino de una tensión. La tensión de las piernas, de una mirada, de una lengua, de una atención, de una soledad.

La semana pasada Mélina, mi nieta, aprendió a caminar.

En zonas de experiencia como ésta se entra muchas veces cada día. En Fresnes y en Florencia. En cualquier parte. Y cada entrada lleva el peso de un nombre de pila diferente, pero la zona en sí misma permanece sin nombre.

Esa belleza."

Mientras Berger se acerca a las esculturas, a Giacometti, a las fotos de Trivier, varias personas o imágenes y recuerdos se suman a una fila.

Las esculturas se giran y avanzan en fila india, las fotografías detrás, pisando sus huellas. La actriz (muerta a los 41 años) Katrin Cartlidge, Annette (esposa y eterna modelo de Alberto), el escritor Andrei Platonov, se suman a la fila…


“Ya no servimos para nada, dice la mujer, tú estás delgado y débil, en cuanto a mí, me languidecen los pechos y siento dolor en la médula de los huesos.

No dejaré de amar lo que queda de ti, dice él.

No se dijeron más. Sin duda se tendieron abrazados en el lecho para tener en las manos su única dicha.”

Fragmento de “Djann” (Andrei Platonov). En la escena, un grupo de nómadas varado en un desierto de sal en alguna parte cerca del mar de Aral en Uzbekistán lo han perdido todo: instinto de supervivencia, pertenencias, ganado, cualquier noción de futuro y toda ilusión.


Los retratos de Giacometti son de Jean Marquis.
La fotografía de la escultura de Annette es de Marc Trivier (fragmento).
La fotografía de Katrin es un montaje a partir del original de Jurgen Teller.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Quedé maravillado por la exposición del Pompidou que hace unos meses dedicaron a Giacometti. Se llamaba "L´atelier Giacometti" y tomaba ,precisamente, el taller como punto de partida.

Sólo encontré esto:

http://es.youtube.com/watch?v=UE0tvQo2wzM

Youtube
Anónimo ha dicho que…
Giacometti me obsesionó hace años. Intensamente. Sobre todo sus dibujos de ritmos obsesivos, esas cabezas integradas en la rígida perspectiva del estudio, y algunos bodegones. Quizás con él aprendí que todo puede permanecer unido si así lo desea el que dibuja.

Es un tipo muy interesante. Y era un gran artista, muy buen dibujante, como debe ser todo escultor.

Sus esculturas han podido verse hace años en Madrid. Yo he visto muchas de ellas en el Reina Sofía, ya no recuerdo si en exposición individual o colectiva.

Si que hay cosillas en Youtube:

http://es.youtube.com/watch?v=sN1orJESN28&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=NUmL5bc4oTw&feature=related

Por cierto, buscando "drawings" de Giacometti me encontré con Henri Cartier Bresson :-)

http://es.youtube.com/watch?v=SxbLFmWpSsE
Anónimo ha dicho que…
Son especialmente recomendables sus notas, aqui una sobre su talller:

Admite que, enclaustrado con su amada de aquel entonces en el destartalado atelier de la calle Hypolite Maindron, espacio antes habitado por el Aduanero Rousseau, “juntos construíamos un fantástico palacio de la noche. Los días y las noches tenían el mismo color, como si todo sucediese justo antes del amanecer. No vi el sol en todo ese tiempo. Era un palacio de cerillas muy frágil, al menor movimiento en falso toda una parte de la minúscula construcción se desplomaba. Pero siempre volvíamos a reconstruirlo”.

Youtube
Anónimo ha dicho que…
Cómo me gusta tu blog, Vera. Al final voy a salir de la más asquerosa de las ignorancias.
Anónimo ha dicho que…
G, no me tomes el pelo que no ando para bromitas... :-)
Anónimo ha dicho que…
No bromeo. Rabiosa.

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