Lo feo, la muerte, el espectáculo y el debate

Adiós.
Paso como todas las cosas:
rocío sobre la hierba.

Banzan


Hay tres personajes (no los llamaré artistas) que han aparecido en los medios con frecuencia estos días. No he hablado de ellos porque no me ha dado la gana, sinceramente. Siempre digo una cosa que sabe muy mal pero en la que creo fríamente: si consideras algún espectáculo inmoral, detestable, un insulto a la sociedad, al ser humano, al universo entero, mejor ignóralo. Esto es. No me gusta dar bombo a lo que surge por y para el bombo si encima se apoya en cuestiones supuestamente morales o éticas. Con lo amoral y la juerga pura y dura (como OT o chiquilicuatre) no tengo problema, lo aplaudo, pero las chuminadas políticas y artísticas comprometidas me ponen de los nervios.

Estos tres “artistas” de alguna u otra manera han pretendido reflexionar sobre el tema de la muerte con sus proyectos artísticos (o filosóficos, o críticos). El resultado (y más si se interpreta como “arte”) es una chorrada de tal envergadura que ni siquiera requiere comentarios. Y mucho menos los míos.

Algunas personas me han dicho que soy gilipollas (no lo han dicho así, pero lo pensaban). ¿Es que no tenemos derecho a criticar lo que nos parece abusivo? Si, respondo yo, pero tu crítica está alimentando a estos pollos que solamente buscan eso, el escándalo social. Entonces ya no piensan que sea solo gilipollas, además soy una indeseable estúpida sin escrúpulos. O un extraterrestre apestoso.

Consciente de mi particular forma de ser, diré que la muerte puede y debe ser considerada por el arte, entre otras cosas, ¿por qué no? Hay cientos de artistas, filósofos, científicos, pueblo en general que han reflexionado sobre ella sin necesidad de montar un “Chow”. Además (cómo no), me interesa… Es más, hay artistas (o proyectos) que aún rozando el exceso (sabiendo que pueden crear polémica), parecen mantenerse en un límite. Pueden resultar bellos, o al menos… producir cierta sensación que no sabría definir.

Voy a dejar aquí un par de fotos de una exposición que ha montado la periodista Beate Lakotta y el fotógrafo Walter Schels que no me parecen especialmente hermosas pero sí dignas, sobrias. Ambos preguntaron a 24 enfermos terminales si querían ser acompañados en sus últimos días por ellos. De estos encuentros surgieron las imágenes.


Parecen dormidos, pero están muertos. Alguno de esos a los que les gusta el debate sobre los otros tres artistas de los que no quiero hablar quizás se atreva a tacharme de morbosa. No me gustan especialmente los rostros de los muertos, me dan igual. Pero me dan mucho menos miedo que otras cosas. Y, desde luego, son más hermosos que muchas otras cosas. Provocan el silencio, no aplausos ni pitos sino un silencio incómodo.

Estos tres supuestos artistas de los que no pienso hablar, montan un espectáculo estúpido que directamente adornan con una reflexión. Esta reflexión, muy bien pensada, es la que abre el debate y provoca a la gente. Sin embargo, dudo seriamente que alguien se sienta dañado u ofendido por estas fotos de gente muerta. Y más cuando somos capaces de babear con las portadas de los periódicos. Quizás estos retratos molestan. Eso es bueno. Nos dejan en silencio y molestos. Eso es bueno.

No entiendo los debates fáciles (y en apariencia, apasionados) que se montan en torno a otras obras “de arte” insignificantes pero espectaculares (dejar a un perro morir de hambre y sed en una galería, colocar una cama con un moribundo en la galería para que muera allí mismo, mostrar cadáveres diseccionados de gran interés para médicos y aficionados a la medicina como si fueran obras de arte). La gente se siente molesta y pregunta si eso es arte (cómo no, esa es la intención, el valor real de la idea): que si esto es una falta de respeto al perro, al tipo que se está muriendo en la galería, que si mi abuela acaba de morirse y me siento afectada, que si esto es amoral, que si este tipo ha robado cadáveres para exponerlos… que si a donde vamos a llegar. El caso es que estas personas hablan y hablan sin parar y, muy probablemente, visiten la exposición. La obra es una mierda, pero ha generado un debate impresionante.

Sin embargo, qué podemos decir de estas fotos: Nada. Porque no tocan ese palo. Exponen simplemente un cuerpo antes y después de morir. Con la misma dignidad y el mismo respeto por la belleza que buscaban los romanos en sus retratos funerarios.


Aunque esto de la belleza tiene su aquel. Y si no, veamos este cuadro de Lucian Freud a Sue Tilley. Una compañera mía de la oficina casi se marea al verlo… Decía que jamás pondría este cuadro en su casa (ese cuerpo nos molesta… aunque es un cuerpo como muchos otros). El caso es que Freud es el nuevo artista vivo más cotizado… por este cuadro. Una vez más Christie’s marca el record: 36,64 millones de dólares.


Pues yo pondría este antes que el de Kate Moss, con una de las caras más sucias que he visto en pintura. Esa inclinación es insoportable a mis ojos. Lo siento. Nada que ver con la supuesta belleza de Kate que Dios conserve en su gloria. El cuadro es horroroso. El de Sue tampoco me gusta porque no me gusta Freud, pero lo prefiero. Aunque solo sea por el sillón y ese exceso de carne compleja.

Comentarios

Creo que tienes un problema con L. Freud... Sencillamente, no te gusta (reiteración). Sin embargo, lo que él hace, aunque tenga un componente "documental", "es" pintura, mientra que en las fotografías, se invierte la relación entre los dos componentes (el estético y el documental), y lo que manda no es la "representación de la muerte", sino "la muerte" (recuereda el mecanismo perceptivo). De ahí la incomodidad, la turbación, las "respuestas" desabridas.

Recuperando el asunto inicial: en las pinturas de Freud, lo que "manda" es la calidad pictórica, de acuerdo contigo, muy superior en el caso de la mujer generosa en carnes.
Anónimo ha dicho que…
No. Por incómodo me refería a todo el temita de “herr doctor” Von Hagens, al del artista “tico” que deja a un perro morir de hambre en la galería y a la jugosa idea de Gregor Schneider. La gente habla y habla de estos temas que no son más que escándalo porque no tienen ninguna cualidad estética. Solamente son carnaza y el debate es lo que los alimenta. Se pregunta el personal si esto es arte y esas cosas…

Respecto a estas fotos que he puesto, totalmente de acuerdo contigo. Manda la muerte. Habría que preguntarse si tendrían algún sentido sin la muerte por medio… Aún así, son fotos generosas. Las he visto mucho peores.

Y respecto a Freud, no tengo ningún problema con él. Pinta como un demonio, nunca lo he negado. Simplemente no me gusta su carne (a ver, me gusta pero sus cuadros me dejan un poco fría). Algún retrato quizás… Cuestión de gusto puro y duro.

Respecto al retrato de Kate creo, sin embargo, que él quiso poner algo más que pintura en el lienzo. La ha representado asquerosamente, quizás porque es la sensación que ella le provoca. A saber. Un cuerpo tan insulso no puede ser bien pintado. Además, le ha colocado una perspectiva y unos márgenes blancos sospechosos. Sin embargo con la generosa en carnes, se lo ha pasado de lo lindo, está tranquila… aunque se caiga literalmente de ese sillón. Como cuadro no obstante, es infinitamente mejor.
Anónimo ha dicho que…
Más de lo mismo....

me he leído el artículo entre líneas porque no tengo tiempo, sólo para confirmar que las fotos eran de muertos... qué mal gusto, qué pesados esta generación de okupas del espacio del arte, no paran de tirarnos mierda, vísceras, fluidos corporales y muertos, basta ya coño!

Que si los cristales con sesos pegados de narco mexicano, que si los ladrillos gigantes de mierda, fotos de pederastas, muertos plastificados... y ahora esto! la falta de talento y las ganas de dar la nota son ingredientes que cuando van juntos se vuelven peligrosísimos.

Si nadie prestara atención a cosas así y nos preocupáramos de lo que realmente es importante quizás el mundo del arte un buen día podría volver a mostrar obras de arte (de las de verdad, no mierdas petrificadas).
Anónimo ha dicho que…
Si hubieras leído el texto, y no solo entre líneas... no perrearías tanto :-)

Esas fotos no tienen nada que ver, bajo mi punto de vista, con lo que criticas. Por eso las puse. No creo ni que estén faltas de talento ni que exista una única intención en ellas de dar la nota.

No son gran cosa pero me parecen un buen ejemplo para compararlo a toda la morralla que sí pretende dar la nota por ahí y de la que no hablo aquí.

Por cierto, me pregunto qué es lo realmente importante... La matanza entre matanzas que está sufriendo todo bicho vivo y pobre en sudafrica?... Por poner un ejemplo entre el billón que supongo existen...

Y el arte ¿donde queda? Pues en ninguna parte. No tiene ninguna importancia, solamente es una via de escape como cualquier otra.

Besote.
Anónimo ha dicho que…
Antiguamente la gente se hacía fotos con sus muertos, acuérdate de la peli de Los Otros, así que este menda no tiene nada de original.
Por otro lado a parte del morbo y del mal rollo poco más se puede sacar. Hoy en día la mayoría de los artistillas están flipaos con cosas así, había un mexicano guarreras que se metía en las morgues y hacía cosas parecidas.
Un buen fotógrafo no necesita llegar a esos extremos para contar cosas, y de la muerte seguro que se puede hablar de una manera mucho más sutil y bonita...
Anónimo ha dicho que…
A ver. Ni se ha dicho que estas fotos sean originales, ni buenas.

Ya he dicho para que las puse. Y no entiendo lo que dices de que un buen fotógrafo no necesita ni deja de necesitar. Un buen fotógrafo hará lo que le de la gana, y uno malo también.

Y por cierto, lo de las fotos con los muertos no solo se ha visto gracias a Los Otros. Yo las he visto en infinidad de libros y en la propia facultad. Era una tradición. En la red también puedes ver bastantes. Muchas madres se han retratado con sus bebés muertos.

Entradas populares de este blog

Rineke Dijkstra: Maternidad, tal cual.

Vertigo: Vera Miles vs Kim Novak - Hitchcock vs los "doctos"

Sentir y poder contarlo.