Cuerpos


Hoy estuve con mi amiga charlando un rato, solamente un rato porque ya era tarde. Una cerveza y a casa. Eso sí, con el Palacio Real enfrente.

Mientras caminábamos hacia las terrazas de grandes sombrillas que espolvorean minúsculas gotas de agua, hablábamos de cuerpos. Yo decía que siempre me fijo en los cuerpos, en lo diferentes y decisivos que son. Hay gente bien hecha y gente mal hecha. Nada puede hacerse al respecto. Aunque los anuncios digan lo contrario. Piernas torcidas, escurridas; talles altos, bajos; culos planos, abiertos, cerrados; mujeres esbeltas, retacos… Mi amiga me decía que le espantaban ciertas imágenes en el metro. Mujeres embutidas en ínfimas camisetas por las que sobresale toda la carne que sobra. Piernas cubiertas de pelos… Un escándalo. A mí eso me da igual, respondo, yo me fijo en los cuerpos y su estructura, en todo lo inevitable que no puede esconder el maquillaje.

Mi amiga se ha entusiasmado. Es joven y todavía observa un horizonte ante sus ojos. Puede viajar, buscar nuevas oportunidades laborales, nuevas vidas; olvidarse de todo, hasta de quién es. Mi amiga tiene amigas, jóvenes también. Todas andan pululando por el mundo y la narración de sus vidas, que escucho pacientemente, llega a mí como un reflejo de estados efímeros, de vuelos cortos y paradas fugaces en alguna rama.

Maldito tiempo que se me ha escapado. Ahora lo siento como una losa en mi espalda.

Hoy no suena música en el metro, solamente un chirrido severo y afilado de vagón circulando a gran velocidad por un túnel. Las personas, a ciertas horas solamente piensan en sus cosas. No dejan el tiempo pasar, están ensimismadas, lo veo en su cara. Parecen teletransportadas a gran velocidad, con el destino asumido. Da igual donde vayan, el entusiasmo está enterrado, bajo la tierra.

Dos muchachas jóvenes se han sentado junto a un hombre semidormido e hinchado, a punto de reventar su camisa. La cabeza afirma constantemente, no sé si debido a un principio de parkinson o a un tímido asentimiento interior, mudo y borracho. Los ojos intentan girar hacia las chicas pero no pueden. El hombre hinchado está cansado y acabado; mientras, se restriega los ojos. Un muchacho acompaña a las chicas, las mira idiotizado, inconsciente de su destino. La mujer de más de cien kilos se desparrama en su asiento mientras acaricia el pelo arrugado. Luce una suave aureola color plata, el resto es solo tinte. El sujetador fucsia queda bien sobre la piel negra. Ella es enorme y lleva unas mallas con bordes de flecos, como las cortinas. El hombre de dientes estropeados tiene algo que hacer. La curva de su barriga reposa sobre la pelvis ahogada por el cinturón.

Durante el trayecto de Opera a Príncipe Pío, he observado a una curiosa pareja. Ella, de más de 70 años (o casi), pequeña y metida en carnes, en muchas carnes. Orgullosa y repeinada mira hacia él, con cierta timidez y picardía, como si fuera una cría. Lleva un pañuelo blanco reposado en el cuello y se mira el escote, orgullosa. El está en pié junto a mí, tiene voz de personaje estúpido de film americano, un rompetechos. Ambos intercambian gestos y señales, muy divertidos. Quizá son felices.

Se aleja él, con traje de naftalina y gafas de miope, los cristales amarillos –como de juguete-, el labio inferior hinchado y colgando. Se alejan agarrados de la mano.

Me pierdo en un cristal de culo de vaso anaranjado, a punto de derramarse sobre la grieta entre los pechos de una mujer que luce pendientes y bolso del mismo color. Baratos. Todo muy barato. El resto fundido en negro.

As time goes by.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Lo mejor de Pasolini, su amor por los cuerpos, los rostros:

http://es.youtube.com/watch?v=n-cHfenV4u0

El gran gato, sobre el tiempo:

http://www.calarumba.com/castellano/Medias.asp?ID=92

Youtube
Anónimo ha dicho que…
Neni, me ha encantado... me ha llegado a lo más "jondo".

Es triste y melancólico.

La amiga.
Anónimo ha dicho que…
Querido Youtube:

Rostros. ¿Te acuerdas de esta escena de Kubrick? Creo que ya la he puesto en este blog.

http://es.youtube.com/watch?v=3TKsjs64Q5c


Y Pasolini…

Un poco fuerte pero… Saló. Un poco fuerte (digo) para este blog… no para esta vida.

http://es.youtube.com/watch?v=lT8ko1ENiiw&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=J0dVarW3Ddk&feature=related
Anónimo ha dicho que…
Un buen director ha de saber elegir caretos y cuerpos y los italianos,en esa época,sabían.
Saló es de lo que mejor ha envejecido de Pasolini.

Has captado el fascinante y malsano ambiente del metro madrileño, tengo la sensación de haber estado en ese vagón (lo cual es probable).

http://es.youtube.com/watch?v=zQwxcrMtSSM&feature=related

Youtube
Anónimo ha dicho que…
Pues sí, la verdad es que el metro me fascina. Lástima que no lleve los típicos cuadernos de notas (que detesto), porque me vienen miles, millones de ideas a la cabeza. Casi todas lamentables. Ahora bien, las imágenes impecables. A veces es como si estuviera viendo la escena de Kubrick todos los días.

En el metro pienso (demasiado), escucho música, leo como una posesa, observo a la gente, adivino sus sensaciones en cada gesto y movimiento... imagino sus vidas... rezo (mi credo :-) Nunca viajo con la misma gente, nunca viajo a la misma hora. Soy impuntual... Mucha gente y muy distinta según la línea. Según la hora...

...

¿Cómo que es probable...?
Anónimo ha dicho que…
En realidad es imposible pues al releer el texto me fijo en que pone "hoy"(23) y ese día yo ya no estaba en Madid.

Es que hace poco fuí en esa linea camino del cine de verano.


Youtube
Anónimo ha dicho que…
Fantasticas historias a un metro de ti. ¿cuerpos? mira... http://www.youtube.com/watch?v=vXyIB2L52Dc

Entradas populares de este blog

Rineke Dijkstra: Maternidad, tal cual.

Vertigo: Vera Miles vs Kim Novak - Hitchcock vs los "doctos"

Sentir y poder contarlo.