The Dark Knight, Christopher Nolan (2008)


Esto es una película de psicópatas, más que de superhéroes. Con dos protagonistas: Joker y Batman. El Ying y el Yang. Las dos caras de una moneda (las de Harvey Dos Caras).El orden vs el caos. El control y el método vs lo impredecible y confuso.

Antes de entrar en faena, quiero dejar aquí una anécdota para aquellos que no la conozcan. La imagen de Joker (aquella que creara Bob Kane) está directamente inspirada en la versión cinematográfica de la novela de Víctor Hugo El Hombre que Ríe, producción americana de 1928 dirigida por Paul Leni, uno de tantos maestros del periodo expresionista alemán que cruzaron el atlántico tras la primera guerra mundial.

El gran Jack Pierce ideó la transformación del rostro de Conrad Veidt en Gwynplaine, creando así un prototipo para Jokers futuros…

… hasta llegar al aspecto final mostrado por Heath Ledger, mas cercano a una realidad contracultural poblada de esquizofrénicos. Es el Joker más post-post-post-punk de la historia.


Y ahora al grano, que me estoy liando. La última entrega de Batman es una estupenda película. Bien pensada y desarrollada. Tras la sorpresa de Batman Begins, estábamos como locos por ver el nuevo ejercicio de Christopher Nolan (Memento) que ha demostrado habérselo currado tanto como aquellos guionistas de cómic que se encargaron de revisar el mito hace más de 20 años.

Batman se puede resumir así. En 1989 Tim Burton se hace cargo de presentarnos al héroe del cómic creado por Bill Finger y Bob Kane, repitiendo en 1992 con Batman Returns. Y lo hace como sabe hacerlo, mostrándonos un Batman algo más oscuro en un ambiente muy gótico, decadente pero visualmente acogedor. Ver a Batman en la piel de Michael Keaton resultaba algo chocante, pero uno terminaba acostumbrándose. Los villanos resultaron aceptables, aunque sus intérpretes fueran demasiado familiares: Jack Nicholson dio vida a Joker en Batman; Danny De Vito y Michelle Pfeiffer fueron Pingüino y Cat Woman en Batman Returns

Tras tanta eficacia de fuego artificial y superestrella, el experto Schumacher se hizo cargo de la tercera y cuarta entrega: Batman Forever en 1995 y Batman y Robin en 1997. Aunque Schumacher merecía toda confianza (aunque solo fuera por haber dirigido Jóvenes Ocultos), se limitó a continuar con el espectáculo acumulando estrella sobre estrella, con Val Kilmer y George Clooney a la cabeza como los respectivos Batman y una tropa de villanos bien maquillados: Tommy Lee Jones (Harvey Dent “Dos Caras”, Jim Carrey (Enigma), Uma Thurman (Poison Ivy), Schwarzenegger (Mr. Freeze)… sin olvidar a Chris O’Donnell en el papel de Robin.

Pero el maquillaje y el efecto por sí solos no son más que lo que son. Así que la aventura tocaba a su fin.

Con estos antecedentes, obviamente, cuando llegó Batman Begins en el 2005 yo me encontraba ciega de efectos y con parálisis cerebral. Solamente pude fijarme en unos carteles muy sugerentes que provocaron en mi mente algo parecido a unas ganas muy lejanas de ver esa peli. El momento tuvo lugar en mi casa un año después del estreno (o más). No me la jugué a gastarme la pasta en la gran pantalla.

Y lo lamenté porque Batman Begins demostró una calidad y originalidad sorprendentes.

Así que el listón estaba muy alto y Christopher Nolan ha mejorado su marca. Las críticas ya venían diciendo que era una obra maestra, así que esta vez me he ido corriendo al cine y la he visto en su versión original. La risa de Ledger no puede doblarse. Para acercarnos al trabajo de Nolan, hagamos un poco de historia.

En 1986, el comité editorial de DC Comics decidió que sus héroes, habían quedado obsoletos, y se vivió un relanzamiento masivo de todos los títulos. El único personaje que ofrecía algún problema era Batman porque, según pensaban, ya estaba bien como estaba. El origen de la historia de Batman creado por Kane y Finger explicaba perfectamente cómo Batman llegó a convertirse en lo que es, por qué continuó con su cruzada obsesiva y reflejó los miedos, frustraciones y esperanzas de muchos de sus lectores. Así que se decidió que Batman no debería cambiar, solamente había que mejorarlo, dotándole de más profundidad y complejidad. En estas circunstancias surgió el encargo a Frank Miller (Sin City, 300), quien se encargó de crear el guión de “The dark knight returns”. Posteriormente escribiría Batman: Año uno (ilustrado por David Mazzucchelli) para recrear el primer año de la vida de Batman y la historia paralela de la llegada del teniente James Gordon a la corrupta policía de Gotham City.

Mazzucchelli conoció los cómics de Batman con 6 años. En la parte final de la edición que ha montado planeta con los 4 números de Año uno comenta lo siguiente:

- Desde Momotaro hasta Moisés, la literatura está llena de huérfanos adoptados que, cuando descubren su habilidad oculta, se convierten en héroes. Este arquetipo entronca con nuestros miedos y fantasías primarios. Por eso Superman es la expresión perfecta de los deseos de la infancia… De pequeño creía que los héroes (los supers y los no supers) eran “buenos tipos” porque eran “buenos tipos”. Era un rasgo inherente de su personalidad. Sin embargo, el origen de Batman siempre ha girado en torno a la circunstancia: sin asesinato no hay Batman. Pese al incidente histórico, nunca me he sentido cómodo con la venganza como ideal heroico… ¿O acaso un héroe no debería abarcar algo más? Aquí tenéis lo que dijo Frank Miller a Amazing Heroes en 1986: “Es un hombre que tiene una misión pero no es la venganza lo que le mueve. Bruce no persigue una vendetta personal… es mucho más que todo eso. Es mucho más noble. Quiere que el mundo sea un lugar mejor donde un joven Bruce Wayne no sea una víctima… En cierta manera, quiere ser innecesario. Batman es un héroe que desearía no existir”.

Bueno, pues esto es fundamental para acercarse a estas dos últimas entregas de Batman porque considero que es lo que mejor recrea Christoper Nolan. El guión de The dark knight no es una réplica de los desarrollados por Frank Miller pero se alimenta de ellos. Nolan trabaja como si le hubieran hecho el mismo encargo que en su momento se hizo a Miller, ofreciendo dos historias soberbias y originales. En ambos casos escribe el guión además de dirigir, y en The dark knight también produce.

El film muestra una trama bastante común, desarrollada con una sobriedad y un estilo envidiables. Nada nuevo, después de haber visto Batman Begins. Es como cuando conoces a una persona y notas, con los años, que ha mejorado mucho y no deja de sorprenderte. Eso ocurre con The dark knight, nada más. La primera es una magnífica película, la segunda es algo más que eso.

Hay un delicado equilibrio entre la realidad y la ficción (o entre la ficción y la “superficción”). Durante la hora y media central (la película dura más de dos horas y media), uno no sabe bien si está viendo un film de intriga policiaca al más puro estilo de los 50 (como ocurrió con L.A. Confidential), una de las partes de La jungla de cristal, Seven… ¿Estoy viendo una peli de Superheroes o de maniacos psicópatas perseguidos por un sistema policial y judicial supuestamente eficaz pero plagado de corruptos?...

Vuelvo a unas frases de Mazzucchelli:

- Debido a su simplicidad, los superhéroes son presa fácil para quien quiera revisarlos. En 1954, el Dr. Frederic Wertham vio en la relación entre Batman y Robin una metáfora codificada sobre la homosexualidad. Primero, recordemos que los cómics de superhéroes se inventaron para los niños, sobre todo los chicos. Wertham cometió el error de examinar estos cómics desde un punto de vista adulto… sin humor. Así es como lo veo yo. Cuando Bruce Wayne era niño, su vida idílica y mimada se rompió en pedazos. Desde entonces, ha intentado recomponerla de nuevo. Tiene todo el sentido del mundo que su mejor amigo sea un crío de 12 años porque Batman es un niño atrapado en un cuerpo de hombre… Los superhéroes están mejor en su propio mundo: un mundo preadolescente. Pese a ser un experimento interesante, quizá no sea muy buena idea aportar demasiada “realidad” al reino fantástico del superhéroe…

Mazzucchelli piensa que si la representación vira hacia el realismo, se desencadenan una serie de preguntas que exponen aún más lo absurdo del género. Respecto al dibujo, él asegura que cuanto más realistas se vuelven los superhéroes, menos creíbles parecen… Y lo soluciona con tinta. Un equilibrio delicado…

Como el que mantiene Nolan. Durante dos horas y media.

El resultado. Espectacular.

Huelga decir que Heath Ledger rebosa inspiración. Que le den el Óscar póstumo, se lo merece, allá donde se encuentre. Su interpretación es impecable, y hasta emocionante. El trío Christian Bale, Michael Caine y Gary Oldman es perfecto (perfecta la complicidad entre los dos últimos y Batman), y por supuesto, Maggie Gyllenhaal (con ese “tipazo” años 30) es tan buena Rachel como Katie Holmes… o incluso mejor.

Trailer de la película, unas palabras del pobre Ledger (es una lástima que actores así desaparezcan tan pronto) y... El hombre que ríe de Paul Leni.



Comentarios

hombrecohete ha dicho que…
Vi la película en la última sesión del cine de barrio, por supuesto doblada. Si esto no le parece suficiente tragedia, había entre los espectadores una pareja bastante mayor acompañando a un niño bastante pequeño.
No soy de las personas que se ofenden por las pequeñas incidencias que provocan los asistentes a la sala, lo que me turbó de la presencia del crío fue pensar en la primera impresión que se iba a llevar sobre el héroe oscuro en un film en el que Oldman-Gordon tilda a los supervillanos de terroristas.

En el fabuloso lugar en el que nos nutríamos de tebeos y revistas (se da cuenta de que disfrutamos de internet analógico antes que nadie!!!), no había demasiada oferta de D.C cómics; si no recuerdo mal, todo empezo con Vértice y con las cutre-ediciones de Marvel que hizo la editorial Brugera. No sé ni cómo sabía que Batman era un justiciero enmascarado que se había hecho a si mismo y que compensaba su carencia de superpoderes con disciplina e ingeniosos gadgets.
Tanta carencia estimulaba mi mente infantil ¿Seguro que no tenía superpoderes? de ser asi ¿podría con superman? (a ésta eterna pregunta contesta Miller en "Batman Dark Knight").

Me quedo con la ilustración que aparecía con frecuencia en la contraportada de otros tebeos: Un tipo agazapado en un muelle, un tipo sin duda torturado. Éste sigue siendo mi Caballero Oscuro, el que dudaba en los arrabales de Gotham -como decían en un programa de humor de la tele: "El héroe que llora por las azoteas"- y que no ha sido desvirtuado ni por la serie pop.

En fin, aunque me haya enrollado, he perdido el hilo, sabrá disculparme seguro.

Solo diré que, en los tiempos que vivimos, hacen que la ficción se parezca demasiado a la realidad para que sea más consumible, y lugo pensemos que una supera a la otra.

Le mando un gran beso y confieso que la peli me gustó bastante: Nolan me parece un cineasta extraordinario,Oldman actua con correción, pero parece mas disfrazao que el Jocker todo el metraje, y los primeros 15 minutos de película merecen el neologismo de "kubrickiano"
Anónimo ha dicho que…
Si, demasiada realidad... por eso comentaba lo del equilibrio. Realmente Nolan no mantiene ese difícil equilibrio... y esto lo noté en esa hora y media central. Me tocó un poco los higuillos esa cercanía al acto terrorista y la excesiva tensión que provoca el seguimiento de los pasos del psicópata. Lo que pasa que como creo que la peli está muy bien rodada, se lo perdono.

Besos
intinet ha dicho que…
no puedo más que secundar lo aquí expuesto, repasando otra parte de esta tendencia por acercarnos más a la realidad:

Silent Shadow of the Bat-Man #1 - Retro 1920s Dark Knight (ver también el video response)

Batman: The Birth of The Joker

Joker Origin

un saludo
Anónimo ha dicho que…
Impresionantes links. Me han dejado turulata los dos de Silent Shadow. A la columna izquierda de colaboraciones van...

Gracias! :-)

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