Jugando a los cacharritos.
Innovar o morir. Hoy me he encontrado con una noticia en Brandlife de esas que me gustan. Philips ha decidido ir más allá de la barrera del cuidado personal desarrollando una nueva área de negocio dirigida al mercado de la diversión sexual. Diossss qué dolor. Porque uno no puede dejar de pensar en los anillos deslizantes y las cuchillas autoafilables realizadas en acero inoxidable de los cabezales de afeitado de Philips. Diosss qué dolor.
Pues si, se trata de unos juguetitos divertidos destinados a aumentar el bienestar sexual de las parejas. ¿Philips se adentra en el mercado de la diversión sexual o debemos pensar que sigue fabricando productos para el mercado del cuidado personal (entre otros)? Porque digo yo que esto de los consoladores es algo que pertenece al cuidado personal, aunque vayan ustedes a saber.
Pero sigamos; el aparatito solamente se vende en Reino Unido por un precio de 100 euracos (79,99 libras) y está (obviamente) destinado al masaje de zonas íntimas del tamaño de una mano… (PERDÓN se me ha olvidado la coma… quiero decir que el aparato tiene el tamaño de una mano, no la zona íntima prrrrrrr…), que puede usarse bajo el agua (¿algo eléctrico y que lleva un cargador puede utilizarse bajo el agua?), con lubricantes e incluso calentarlo antes de su utilización. Diosss qué dolor. El pack incluye el bicho más su cargador pero, además, pueden adquirirse otros packs, como Intimate Massager with Candleligths… ¿comorrrr?..., si, con velas a juego (113 euracos) o Intimate Dual Massagers que por unos euricos más incluye dos aparatos, uno para cada miembro (de la pareja… o sea… el miembro y la miembra).
Me estoy calentando (del cabreo). El utensilio está dirigido a personas entre los 35 y 55 años.
Vale.
O sea, que los menores de 35 no tienen razones ideales ni prácticas ni útiles para... ¡Y una mierda! Si la masturbación con lo que cada uno pille va impresa en los genes... Digo yo.
Lo peor es que… si Philips hace esto, es porque sabe que hay mercado. Diosss qué dolor.
La verdad es que nunca he entendido el temita este de los juguetes sexuales ya que el cuerpo está dotado de unas extremidades estupendas que funcionan mucho mejor que un aparato eléctrico y que se “cargan” con la luz del sol, el aire, el agua y los nutrientes. Extremidades vivitas y coleando cuyo movimiento azaroso no hay bicho mecánico que lo reproduzca. Pero bueno, la vida es así y nos vamos refinando y haciendo más sensibles. Porque estos juguetes nada tienen que ver con el consolador o vibrador de toda la vida (¡qué ordinariez!); son discretos, ya que están perfectamente camuflados, mostrando un look tan guay como el de una ipod, un iphone o unos auriculares V-Moda. Seguro que se pueden llevar en el bolsillo o colgados del cuello. Dentro de poco las sex shops serán como una tienda de electrónica, o una farmacia, o algo así.
Qué frío me da todo esto.
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