3:10 to Yuma. James Mangold (2007)


Tenía interés en ver esta peli por dos razones: Christian Bale y Russell Crowe. Además, posee un cartel promocional interesante, que visto a la velocidad que impone la urbe me decía algo así como “esto es un western”, por aquello de la pistola, el sombrero y la cara de mal rollito.

Y la he visto. Y, después, he buscado info sobre ella (mal hecho), pero no puedo evitarlo; siempre que veo una peli que me deja tal cual (o sea, como estaba) busco info para poder decir algo. Y me he encontrado con la noticia de que es un remake de un clásico (para algunos) dirigido por Delmer Davis en 1957, clásico que no he visto pero que voy a hacer como si hubiera visto porque he visto tantos westerns clásicos que será como si lo hubiera visto. Visto y no visto…

Hablaba de Russell Crowe. No me entusiasma como actor, pero los primeros amores nunca se olvidan (o sí), y le encontré por primera vez en la última obra de arte que he visto en una sala de cine, la prodigiosa L.A Confidential (1997). Tras unas cuantas décadas, el film de Curtis Hanson demostró que se podía continuar haciendo cine en los noventa, sugiriendo en cada escena, aportando el estilismo necesario, realizando secuencias refinadas, controlando las interpretaciones y, en definitiva, consiguiendo que “todo” participe en una trama delicada, bordada. Algo así era el cine antes, hace unos 50 años (o más).

Respecto a Christian Bale solo tengo que decir que parece interesante. Pero está casado con una tía buena, razón por la cual deja de ser interesante. A primera vista el tipo no está bueno, pero si se le mira con detenimiento una empieza a inquietarse, pero repito, se casó con un pivón, y eso le quita puntos. A un tío interesante no pueden gustarle las tías buenas (bueno sí, pero no se casa con ellas). Qué le vamos a hacer. Hablando un poco más en serio diré que nuestro primer encuentro “consciente” se produjo a través de fotos (el era el prota de American Psycho, película que ví años más tarde de conocerle en las fotos de promo de la peli). Y digo consciente porque le había visto antes en Mujercitas (la de 1994, no la de 1933, ni la de 1949, ni la de…) y en Velvet Goldmine pero sin recordar su presencia. La primera peli suya que ví y que dejó huella fue “El maquinista” y la huella que dejó está bien clara “cómo se puede mantener en pie este tipo”. Y después vino Batman Begins, The Dark Knight… Y como me gusta mucho Batman, me gustó Bale. Eso es todo.

Volviendo al asunto, dicen que la censura fue lo que provocó que Delmer Davis realizara en 1957 una película contenida, con altas dosis de suspense y grandes interpretaciones. Una peli, a fin de cuentas, sugerente y hermosa. El western antiguo, igual que el cine de otros géneros, poseía ese don del “tiempo” que ahora sencillamente no existe. Ni siquiera sabemos lo que significa “tiempo”, y eso que tenemos marcadas las horas en todas partes. Hay “momentos” que necesitan tiempo: un cruce de primeros planos para miradas cruzadas, un paisaje en plano secuencia tras una escena fuerte (un desquite, un castigo, cualquier momento intenso); tiempo, estética. La estética está al servicio del arte. Mejor dicho, la belleza está al servicio del arte. La estética no es ninguna ciencia de lo bello; es la forma que tenemos de resaltar ciertos momentos (un sentido, diría yo), siempre y cuando la intención que subyace sea crear belleza, o sea, comunicar intensamente, o sea, comunicar íntimamente. Pararse a mirar, pararse a comprender.

De todas estas cosas carece 3:10 to Yuma versión 2008.

Pero que tenga carencias no significa que sea horrorosa. Como peli de acción no está mal. Porque ya no sabemos hacer western ni otras cosas, sabemos hacer pelis de acción. Y las interpretaciones de Bale y Crowe (quizás dos de los mejores “rostros” que tenemos actualmente) responden a las exigencias de un cine que nada tiene que ver con el de hace unos cuantos años, a las pretensiones de un director que es un funcionario al servicio de un sistema que nada tiene que ver con el de hace unos cuantos años. Hoy nos tenemos que conformar con trabajos de buena factura y dignos. Factura que nada tiene que ver con la de hace unos cuantos años.

La nueva versión dirigida por James Mangold mantiene la misma trama que la anterior. Una trama intensa, pero superficial. La decisión, el destino, la tragedia, la amargura (que seguramente se observaban en los ojos de Van Helflin en 1957) no se conservan en la mirada del Dan Evans de 2008; los ojos de Bale son fríos, desconfiados, miedosos, vengativos… Diferentes conceptos. No sabemos hacer nada más. Ben Wade me ha gustado más. Russell Crowe me ha gustado más. Tendría que conseguir la versión del 57 para ver a Glenn Ford. Nunca me gustó como actor, pero estoy segura que los que dicen que las escenas de tensión entre ambos se marcan más en la original, no carecen de razón.

Aquí os dejo algunas escenas de la antigua.

Trailer



Glen Ford and Felicia Farr


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