Body of Lies (Red de Mentiras). Ridley Scott, 2008.


La carpeta de cine se me está apolillando, lo sé. Y lo siento. Aunque he visto unas cuantas pelis en los últimos meses, no he sentido ganas de perder el tiempo comentándolas. Pero hoy voy a hacerlo con el último film de Ridley Scott porque estoy de vacaciones, porque es navidad y porque, además, la peli tiene un tema muy navideño: la guerra y el delicioso paisaje de sangre, carne fresca y arena que arroja sobre Oriente Medio.

Estamos ante lo que los expertos críticos de cine podrían llamar thriller político que respeta al dedillo las reglas del mainstream, o sea, una peli de acción y entretenimiento con buena factura (un presupuesto desorbitado en efectos especiales bien usado), en la que los protagonistas (o el protagonista) intentan desenmarañar una trama de relaciones políticas complejas. La complejidad del asunto reside, como casi siempre, en el hecho de que todos mienten; la tensión está servida, porque las mentiras no ofrecen un camino despejado sino bastante oscuro, en el que meter la pata cuesta la vida.

Ya desde el inicio sentimos la tensión asistiendo en directo no a una tortura si no a una liquidación de estas que molan; se cargan al tío a tres o cuatro golpes de bate. No podemos verle bien, creo recordar que tiene la cara vendada con cuerdas, todo es oscuro y el rostro de Dicaprio aparece a la izquierda del plano, girándose mientras asestan el primer palo al tipo en las piernas. Uno, dos, tres… escuchamos el ruido del bate cortando el viento. Tres golpes secos a un saco de patatas. “Déjalo, está muerto”. Todavía recuerdo aquel momento en el que mis ojos tuvieron que aguantar unas imágenes típicas de telediario en las que podíamos ver a lo lejos, en el monte de arena, como unos pollos se cargaban a otros partiéndoles los brazos a pedrada limpia desde la articulación principal, el hombro. Desde luego, las imágenes que los benditos medios de comunicación occidentales y los maestros del periodismo patrio, nos han traído, nos traen, y nos seguirán trayendo de Oriente por navidad son de lo más chulis. Oyes. A mí han conseguido marcarme. No me he muerto, no me he llevado los palos, pero ahí quedaron como regalo. Eso sí, sin comprender cómo ni por qué. Eso es lo que más me mola de los medios de comunicación. Toma el regalito, y no hagas preguntas. Vamos, mejor que lo que me traen los Reyes Magos. No sé con qué portada me quedo hoy, ¿con la de ABC?, ¿el Mundo?, ¿el País…? Me imagino a los redactores buscando la imagen más sangrienta del bombardeo de Gaza.

Pero volvamos a la peli. Lo primero que me ha gustado es el título. Bueno, lo primero no, lo último. Quiero decir que la he visto y al terminar de verla he pensado “me gusta el título”. Red de Mentiras es un título insulso, manido, típico para un thriller político o para lo que sea (podría tratarse de una peli de relaciones amorosas, familiares, sociales…); simplemente, me gusta eso de "Oye, que la política es una red de mentiras"... ahhhh. Me mola también preguntarme por qué un columnista del Washington Post necesita de la literatura (y escribir en este caso una novela llamada Body of Lies) y el cine (de la mano de Scott que es el que adapta la novelita) para hacer el trabajo que debería hacer en su columna… que supongo, pertenece a la red de mentiras.

Lo segundo que me ha gustado de la peli son los actores. Bueno, lo segundo no, lo primero. Quiero decir que es la razón fundamental por la que me tragué la peli. Debo reconocer que Leonardo Dicaprio (con ese nombre y con esa cara) es uno de mis actores de cabecera. Aún con el problema genético que algunos dicen que posee, a mí me gusta y siempre me ha gustado. No sólo físicamente (que por supuesto), si no como actor. Christian Bale, Edward Norton… molan, son inquietantes, pero creo que Dicaprio actúa, y muy bien. Me lo creo tanto como me creía a Brando.

¿Qué quiere decir lo del problema genético? Pues lo podemos comprobar en Titanic. La gente dice que Dicaprio no pega con Kate Winslet y no es él, si no ella la que no pega con Dicaprio. Él borda el papel tanto como para creérselo al lado de Kate que es un año menor que él. Si. Ella ha cumplido 33 en octubre y Leonardo ha cumplido 34 en noviembre y aún así parecía un adolescente en los brazos de Kate. Ese es el problema genético de Dicaprio; es sumamente guapo, y tiene una mirada y una frente capaz de romper en dos la pantalla, pero parece un niño, no un machote. Su poderío ante la cámara vale tanto como el de Brando, Pacino, De Niro, Nicholson y pocos más, y yo me quedaría solo con Brando; pero como parece un niño, no nos gusta.

Disculpadme, he vuelto a perder el hilo. La película está dirigida por Ridley Scott, que haga lo que haga, ha dirigido Alien, Blade Runner, Thelma y Louise. Con eso basta y le perdono todo. Es muy, muy difícil que el cóctel Dicaprio, Crowe y Scott falle. Hay directores que son garantía, aunque la caguen. Ni siquiera con Hannibal salí disgustada del cine.

Así que vuelvo a lo dicho; estupenda película de acción para pasar el rato.

Respecto al terrorismo en Oriente Medio, el espionaje de la CIA y resto de mentirijillas que rulan entre Iraq, Jordania y no sé cuantos más lugares, más de lo mismo. Así es la vida (no en esos países sino en todos). No las pelis, la vida. Hay una parte del guión en la que puede adivinarse una ligera crítica que no es más que la de siempre pero modernizada. Los que están cerca viven la guerra de forma algo distinta y menos “fría” que los que dirigen en la distancia. La sangre no mancha a los que están lejos y tampoco un número inútil de víctimas que podrían evitarse. Rusell Crowe actúa desde su móvil mientras lleva a sus niños al cole. No importa el número de caídos. Dicaprio está en campo de batalla y todavía ve hombres.

Ya lo revisó Kubrick en Senderos de Gloria, con el Coronel Dax (Kirk Douglas) en el campo de batalla, representando el humanismo e idealismo frente al fascismo deshumanizado del General Mirbeau… En las películas antiguas, el mal y el bien, solían focalizarse en personajes o cosas determinadas. En el mundo actual, en su guerra particular, todo se parece más a un hervidero de avispas. Algo así nos transmite Ridley Scott en Red de Mentiras. Aquí os dejo un trailer bastante majete que he encontrado. El original en español es una mierda. Aquí en la web oficial está mucho mejor.


Comentarios

Intentaré verla, aunque R. Scott me parece que no tiene otra brújula que la taquilla....
Anónimo ha dicho que…
Ojímetro, que no la pongo bien... Pero ya sabes, con la mierda que hay, me basta con Dicaprio y Crowe bajo la batuta de Scott que aunque bien sea cierto que va por la taquilla, también va por el Oscar, así que...

La peli ofrece poco pero está bien hecha. Y eso que el tema, como ya sabes, lo detesto sobremanera.

Besos

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