El luchador (The Wrestler, 2008), Darren Aronofsky. Poesía con anabolizantes.
Parece ser que El luchador viene con buenas críticas. Digo “parece” porque no he querido leer ninguna en la red. Tan sólo el apunte de Tomás Fernández Valentí , cómo no. Para un crítico de verdad que anda por la red (hasta en el Facebook lo tengo), mejor consultarle cuando “algo raro” ha sucedido. Tantos años leyendo sus críticas y dossieres en Dirigido por…, y ahora en el Facebook, consultando las “notas” que publica en “su” blog… Cómo ha cambiado el mundo. O no tanto. Diferentes comunidades tan solo. O no tanto. Diferentes lugares tan solo. A lo que iba. Algo raro ha sucedido. Y Valentí me lo confirma, con sus sabias palabras, que no son las mías. Of course. Algo raro ha sucedido, pensaba ayer: El guión es simple, la historia manida, la trama convencional. En en definitiva, es un guión simple. La historia de un perdedor… ¿O no? ¿Qué tiene de especial? Como siempre, supongo, es el cómo lo que la hace especial. El director tiene un objetivo claro, y lo persigue con habilidad; esta ha