La carretera (Cormac McCarthy, 2006)


Abundan los calificativos para esta novela, pero todos insuficientes. Parcos. Ahogados. Si sucede que a uno se le venga a la cabeza uno de éstos mientras lee…, sentirá que le falta algo, si no todo: no hay suficiente fondo. Fondo que agarra fuerte y tira hacia dentro… sin desviarse, hacia el cero o el infinito.

También abundan las citas. Literales. Como ésta:

“Los cadáveres incinerados reducidos al tamaño de un niño y apoyados en los muelles vistos de los asientos. Diez mil sueños encerrados en el sepulcro de sus recocidos corazones”.

O ésta:

“Salió a la luz gris y se quedó allí de pie y fugazmente vio la verdad absoluta del mundo. El frío y despiadado girar de la tierra intestada. Oscuridad implacable. Los perros ciegos del sol en su carrera. El aplastante vacío negro del universo. Y en alguna parte dos animales perseguidos temblando como zorros escondidos en su madriguera. Tiempo prestado y mundo prestado y ojos prestados con que llorarlo.”

O ésta:

“Desde la orilla opuesta de un río lo llamaban a voces. Dioses zarrapastrosos encorvados en sus harapos al otro lado de la tierra baldía. Caminando por el lecho seco de un mar mineral agrietado y roto como un plato caído. Senderos de fuego feral en las coaguladas arenas. Las siluetas imprecisas en la lejanía. Despertó y se quedó tumbado en la oscuridad”.

La verdad es que podría transcribir aquí el libro entero.

***

He recordado a Faulkner. Las imágenes del río por el que se movía el preso en el esquife. Mucho más complejo. Al servicio del lenguaje, diría yo. McCarthy más al servicio de sí mismo, vuelvo a decir yo. Es decir: más lenguaje al servicio de una idea, de un sentir substancial. Revelación.

La misma y mágica revelación que sentí con esos textos de Faulkner… pero en otro plano más “sentimental”.

Esta novela puede conmover, emocionar, provocar frío... Pero, sobre todo, apunta y dispara. Sin dudarlo. Fríamente…

No hay comas a penas. Tan sólo las necesarias. Frases cortas y exactas. Algunas sin verbos, sin artículos. Y esto lo digo ahora, porque mientras leía el libro no me di cuenta. En otros casos, con otros autores, si que me di cuenta.

Hay algo que tira del texto, hacia el sur… Eterno movimiento sin contrastes.

No sé si este hombre escribe bien o mal; si sus novelas son buenas o malas o magníficas. Ignoro si tiene el premio Pulitzer. No tengo capacidad para decir que “lo que cuenta” en sus libros es sobrecogedor y hermoso. Me da, absolutamente, igual. Lo que tiene, sobre todo lo demás, es algo mágico y extraño. Algo salvaje era en Todos los hermosos caballos. Algo aterrador en El camino. Y sin ningún drama. Eso es. Justamente eso.

No tragedia. No catástrofe. En un mundo muerto… Algo así es.

Tranquilamente McCarthy demuestra su “no necesidad” de detenerse en lo que cualquier otro se detendría y transmitir al texto algo así como “vida propia”.

“Vida propia” creo que tienen los textos de Faulkner que he leído. Pero en su caso, como en el de Juan Benet (creo porque he leído muy poco y por encima, de momento), esta vida puede ser marciana. O sea, vida, pero incomprensible y extraña… casi ajena.

No voy a decir más. Cada palabra que compone esta novela, parece tener miles de años de edad. Un significado profundo… Y combinadas, producen una música profunda, dura, ahogada, pero estable… Eterna… Solitaria... No sé de qué instrumento.

No lo sé.

Por cierto, hay peli en breve… Link al NYTimes y a IMDB.

Comentarios

Gabriel Ramírez ha dicho que…
Pues nada, habrá que leer la novela. Prometo aportar mi opinión.
Saudos.
Anónimo ha dicho que…
Hace demasiado tiempo que sólo leo para la tesis y me estoy perdiendo cosas muy interesantes... me apuntaré este libro, muchas gracias!

Saludos!
Theo ha dicho que…
La he leído ya. Increíble. Magnífica. Muchas gracias por la recomendación!

Saludos
vera ha dicho que…
Pues me alegro mucho, Theo. Por cierto, ¿de qué va tu tesis?
theo ha dicho que…
Es sobre historia medieval. Nada que ver con mi trabajo, jejeje.

Saludos!
vera ha dicho que…
Y en qué trabajas?

Ja, ja... qué cotilla soy.

Sinceramente, no he tenido tiempo de mirar tu blog, ya ni recuerdo por qué di con él. Pero si que entré en un link que tienes:

http://vidaquotidiana.wordpress.com/

Y flipé con el grupo... pensé en lo de la historia medieval al verlo.

Aunque mi catalá es malísimo, por no decir nulo, creí intuir que en ese blog se trabajaba o investigaba sobre algo :-)

Bueno, de momento voy a linkar tu blog, ya que hemos hablado.. y sí!!! ya recuerdo, fue por la novelita de vampiros, creo recordar :-))
Theo ha dicho que…
Jejeje, tranquila. Trabajo de arquitecto (malos tiempos para la lírica);
El link que enlacé es sobre un grupo de investigación dedicado a la pobreza y el abandono de niños en la Edad Media; no pertenezco a ese grupo ni siquiera conozco a nadie, pero me parece un tema muy interesante.

Y sí, creo que nos encontramos por un post sobre la novela Déjame entrar, jejeje.

También yo te enlazo.
Saludos!
vera ha dicho que…
Pues hace tiempo, cotilleando sobre el tema de los niños, encontré una referencia a un libro: Historia de la infancia, de Buenaventura Delgado.

Buscaba, precisamente, el contraste. La sobreprotección actual frente a un pasado de niños trabajadores, abandonados, etc, etc...

Para mí supone un choque tan brutal como el que sentiría metiendo una mano ardiendo en hielo... Así que tengo que perseguir a ese grupo. Lástima que el blog no se ha actualizado (parece) y lo del catalá... pero yo los persigo porque, como dices, el tema es muy interesante.

Bueno, los perseguiré cuando tenga un rato :-)

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