Watchmen (Zack Snyder, 1009)


Como dice mi madre, “las comparaciones son odiosas”. Y yo añado, “y las adaptaciones más”; “y las comparaciones ente original y adaptación más”.

De repente, aparece por aquí Salman Rushdie haciendo referencia a una insaciable necesidad de adaptar y readaptar y copiar y versionear y engullirnos a nosotros mismos. Rumia que te rumia… Que si esta adaptación sí que es buena, y esta otra supera el original, que si Slumdog Millonaire… Metamorfosis, cambios constantes… ¿Qué conservar? ¿Qué descartar?...

No. No me he leído su artículo, porque no me interesa. Salman lanza preguntas estúpidas, tontas. Y creo que la mayoría de nuestros problemas para encontrar respuestas se producen debido a que formulamos preguntas inadecuadas e inoportunas.

Además, quién es Salman para afirmar, por ejemplo, que Una habitación con vistas es buena adaptación o mala, o Lo que queda del día o… ¿Hemos leído todos todas las novelas y conocemos todos los orígenes? Vale, sí, es Salman, pero a mí eso no me vale de nada.

Hace más de una semana fui al cine a ver Watchmen. Algo esperable, después de haber puesto aquí el premier, el trailer, la ola, los aplausos previos, los nervios ante el estreno… Y, la verdad, no tengo mucho que decir.

Aquí dejo una crítica que, al menos, no la pone a parir. El resto, la ponen a parir. Como si les fuera la vida en ello. Intentando quizás encontrar alguna razón que justifique el fracaso de taquilla. Como si la taquilla fuera un indicativo fiable del prestigio social de una peli, de su calidad… En fin.


Las “adaptaciones” que más me han gustado, casi siempre, son las de Kubrick. Porque no adapta… recrea y crea. Es curioso pero con Kubrick uno tiene la sensación de estar frente a dos obras diferentes. No ocurre en este caso. Los guionistas no aportan nada nuevo (bueno, en este caso han modificado una cosa del final y lo han hecho muy bien porque en el film hubiera quedado espantosamente mal). Simplemente hacen su trabajo bien, como las hormigas. O sea, crean un fiel metraje de casi tres horas para que disfrutemos todos aquellos que hayamos hecho lo mismo previamente con el cómic.

Cómo no, las malas críticas hacen hincapié en los 165 minutos, en la imposibilidad de adaptar las 12 entregas de la supermegacompleja historieta… En la monotonía exasperante en la que cae el film a partir del minuto 50, en la aparición y desaparición repentina de personajes… En el ejercicio visual encomiable (¡ah no!, que esto es bueno…). En no sé que cosas, ahora bien, con unos palabros que te mueres de la risa.

Yo solo diré que Watchmen (el cómic) es una obra de arte. Y que, como poco, quien no haya leído el cómic y sea honesto, saldrá del cine pensando que ha visto algo grande que no entiende muy bien. Hay un poco de Matrix, una historia de amor para vomitar entre Buho Nocturno y Espectro de Seda…; en fin, mierdecillas, ya que no todo es perfecto ni está pefectamente “adaptado” pero, qué leches, yo he disfrutado mucho y eso es lo que vale.

Una obra de arte y una obra maestra del comic. Y su autor Alan Moore, una leyenda que ha creado otras obras maestras como V de Vendetta y From Hell. ¿Es esto una garantía? Sé que para algunos esto no es nada. El toreo es un arte, la cocina, tocar bien la Zanfoña es un arte, el fútbol… Pero no hijos, no. Todo se puede hacer con arte, pero obras de arte hay pocas y Watchmen es una de ellas.

Y la peli es una adaptación lo más fiel posible en casi 3 horas. Así que no está nada mal porque, como digo, es bastante fiel. Vamos, que al igual que ya hizo con 300, Zach Snyder clava la mayor parte de las viñetas. Pero además, clava el tono, el aire… No llega a ser tan perfecta como las dos últimas de Batman pero casi… Si no fuera por la mierda del presupuesto y de la taquilla y de la producción y de las peleas a lo Matrix… Que no es que estén mal, es que en esta peli entran fatal.


Algunos dirán que como he leído el cómic, he disfrutado la peli. La verdad es que no sé qué impresión hubiera tenido de no leerlo. Por eso no quería escribir nada. Me he quedado con lo bueno que tiene, que es mucho. Las escenas de Roscharch, los primeros 40 o 50 minutos (geniales y del más puro cine negro), los créditos, el lugar creado por Ozymandias, el Dr. Manhattan… Todo el montaje, toda la dirección artística, el guión…

Comprendo algunas críticas, pero yo no he notado nada al verla. Puede ser cierto que el principio es lo mejor y que luego todo decae. Quizás andaba yo entretenida recordando y por eso no noté la precipitación de acontecimientos o la falta de conexión o la insensatez y la falta de aventura que algunos apuntan. ¿Falta de aventura? ¿Y quien ha dicho que esto sea una aventura?

¿Sabéis lo que ocurre? El cómic tampoco es fácil de seguir. No tiene una estructura exactamente lineal y los acontecimientos que suceden en el tiempo se explican a través de notas del pasado, se complementan… No es fácil comprenderlo en un primer instante. Hay cuadros que se ven 100 veces y siempre se descubre algo distinto. Hay que leer más de una vez. Pasar y repasar.

Dicho todo esto, no sé si he dejado claro que no estoy capacitada para valorar el film como un producto independiente. A mí me parece un complemento justo al cómic. Como lo fueron 300 y V de Vendetta. Pero no tengo ni idea de lo que pueden producir estas pelis en aquellos que desconozcan las fuentes.

Para mí es otra piedra en el camino. Sé que volveré a leer el cómic y la película. Y más de su autor. Esto es la aventura. No sé lo que buscan los demás.

Comentarios

CABALLO ha dicho que…
Estoy de acuerdo con Quico Arregui, tu artículo es soberbio.

Voy a ver la peli cuanto antes.

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