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Mostrando entradas de julio, 2009

Chris Bennet y, de paso, Sam Raimi

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Este hombre no debe haber salido de Portland (Oregon), y yo no tengo palabras. Sus fotos me parecen grandes. Todo un descubrimiento. Se llama Chris Bennet y esta es su web . Por favor, visitadla y comprad... o compraré yo, porque me gustan mucho, mucho sus fotos. Look at this!!! Melibert :-D PD: Por cierto, he movido mis contactos y he visto el film anunciado en mi post anterior de Sam Raimi. Espectacular (el viaje y el film). Lo mejorcito visto en cine de terror en los últimos años. Y si lo digo yo, debéis creerme. Aunque bien es cierto que hay que haber visto a Raimi antes (todo lo que ha hecho) y a muchos más para captar esta sutileza mía. Lo siento, hoy estoy pedante. Quiero decir, pedorra.

Y este verano... Splatstick!

Sam Raimi merece todos mis respetos, sobre todo por cosas como ésta que dejo aquí (o ésta , si no funciona): Si. Más que por Darkman , El ejército de las tinieblas , Un plan sencillo , Rápida y mortal, Spiderman …, que también. Y es que me hace especial ilusión que empezara por estas cositas tan majas, tan serie B, tan cutrecillas... Por cierto, el incombustible caballero que aparece en el trailer es su amigo (de instituto) Bruce Campbell ; burlesco, extravagante y estrafalario donde los haya, interpreta al personaje que lo convirtió en la más famosa estrella del cine serie B: Ash Williams. Por no decir de la serie Z, porque lo de Campbell no tiene nombre. Bueno sí: Mr. Cameo. Me parto la caja cada vez que veo su careto en alguna de las pelis de Raimi. Pero dejando a Campbell aparte, lo que quería decir es que me parece entrañable haber vivido los comienzos de este chico, haberme reído mucho con sus hilarantes pelis Splatstick en tiempos en los que el cine de terror (y el gore) era ya

Coppola y el vendedor de barómetros. Tetro (Francis Ford Coppola, 2009)

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Belli occhi, belli occhi -grita Coppola- “¡Eh, no barómetros, no barómetros! ¡También tengo bellos ojos, bellos ojos! Nathaniel se horroriza, pero el misterioso Coppola solo vende lentes, gafas. El encuentro con el repugnante vendedor de barómetros ejerce una funesta influencia en la vida de Nathaniel: “ Se hundía en sombrías ensoñaciones y se comportaba de un modo extraño, no habitual en él. La vida era solo sueños y presentimientos; hablaba siempre de cómo los hombres, creyéndose libres, son sólo juguetes de oscuros poderes, y humildemente deben conformarse con lo que el destino les depara. Aún iba más lejos, y afirmaba que era una locura creer que el arte y las ciencias pueden ser creados a nuestro antojo, puesto que la exaltación necesaria para crear no proviene de nuestro interior sino de una fuerza exterior de la que no somos dueños ”. Pero no pensemos que Nathaniel solamente sufre un delirio místico - aunque tal fuera la impresión de su amada Clara en el famoso relato de Hoffma