Cai y sus petardos.
La verdad es que no hay suficiente Guggenheim para tan impresionante obra. No, no lo hay. Cai Guo-Qiang es, en sí mismo, un sorprendente petardo lleno de pólvora, y sus cuadros son las huellas de esa pólvora. Pero ¿qué hay dentro del petardo que pueda interesar al personal? He de decir que soy una entusiasta de los fuegos artificiales, y de las estrellas, y de las Perseidas y de los cometas, de las nubes, de todo tipo de basura que fluya por encima de mi cabeza y pueda verse en contraste con el cielo… Visto sobre el cielo, todo es maravilloso. Hasta una boñiga, estoy segura. Pero volvamos al artista; cuando Cai trabajaba para ser artista -dibuja que te dibuja- cayó en la cuenta de que ya bastaba de tanto trabajar, había que pensar… Y pensó: ¡vaya!, si mi familia además de estar muy bien posicionada dentro del régimen maoista y poseer buenos amigos dentro del mundo del espectáculo, posee unos cuantos negocios de fabricación de petardos, ¿por qué no investigar el asunto, no vaya a ser q