Terror al olvido.


Puestos a demostrar el valor de lo espectacular (y lo espectral) en el arte, nada mejor que alguna de las instalaciones de la artista Chiaru Shiota. Creo que hace tiempo puse en este blog alguna imagen de sus trajes de novia atravesados por marañas de hilos, de los pianos quemados, piezas de escritorio y resto de objetos ocultos e inalcanzables bajo la trama. Ahora, y tras su paso por ARCO, la galería Nieves Fernández expone no sé si parte de sus obras, o tan sólo la misma instalación vista en la feria.

En cualquiera de los casos, merece la pena pasarse a verlo en directo (o no) y recorrer su página web. Dicen que sus objetos atrapados tras la maraña que los conserva a costa de aniquilarlos, recuerda aquellos cuerpos de Pompeya y Herculano que fueron sepultados por la lava incandescente y, años después, positivados en yeso.


Sin embargo no es lo mismo. La trama de Shiota puede encarnar el terror, el olvido (sobre todo), el paso del tiempo (o sería mejor decir, su rendición), pero nunca resultará tan siniestra como aquella que definió la mezcla de barro y lava.


Se define la Atazagorafobia como un persistente, anormal e injustificado miedo a ser olvidado, ignorado, o a olvidar. Y añadiría el miedo morboso a desaparecer, a la muerte (Thanatophobia), como dos ingredientes necesarios para “sentir” algo con este tipo de obras. Algo nada bueno, por cierto, pero sí sublimado y abstracto… idealizado. El arte, a veces, ayuda a sacar los fantasmas del cuerpo y objetivarlos. Uno cree atraparlos, y pincharlos en la pared con una chincheta, y mirarlos día a día.

Comentarios

Portinari ha dicho que…
Qué interesantes trabajos, y más aún tu interpretación.
Encantada de pasarme por aquí siempre que el tiempo lo permite.
Saludos!
Vera Miles ha dicho que…
Pues yo también quedo encantada :-)

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