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Mostrando entradas de mayo, 2010

En la intimidad - Elinor Carucci.

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Las fotos son lo de menos. Siempre he pensado que las mujeres tienen una intimidad única. Quiero decir que la misma palabra "intimidad" huele a mujer. Solo ellas son capaces (deberían serlo todas) de vivir la intimidad y representarla tal cual es. Solo las mujeres saben lo que es un cuerpo y la carne. Solo las mujeres saben amar esa carne. Enormes fotos las de esta mujer, madre y fotógrafa. Elinor Carucci. Me gusta ver de vez en cuando verdaderas obras con olor a mujer, y no con olor a engendros mecánicos ideados - siempre - por el hombre. Aquí su último trabajo "my children". En la misma página todo su trabajo y, en particular, sus "personales".

El cielo, en una noche.

Impresionante película tomada durante una noche a principios de mes sobre el volcán Cotopaxi . Empezamos con nubes que se disipan para dar paso a un cielo estrellado en el que aparece nuestra galaxia la Vía Láctea , la nebulosa oscura Saco de Carbón , y la Cruz del Sur . Vuelven las nubes para marcarnos el brillo de algunas estrellas. Y al final, el rastro residual de un avión.

De nuevo, el metro y Bach

Falda ibicenca con volantes y puntillas de algodón. Camisa bordada en greca. Azul celeste. Rosas rojas con algún pétalo de sangre seca. Papel absorbente de celulosa guardando las rosas y zapatos ortopédicos. Azul turquesa. Una entera dama de azul y pelo canoso mal cortado guardaba sus rosas hoy en el metro, mirando a través de unas antiguas gafas de acero. Sin labios. Tan solo una porción de materia sobrante. Rebaba. Muy de cuando en cuando, encuentro paisajes en el metro y vuelvo a recordar a Bach. Quizás ya he dicho alguna vez aquí que escuchar a Bach en el metro produce una emoción difícil de objetivar. Uno se siente excepcional. Una especie de milagro asombroso parado en el tiempo. Un fenómeno efímero y único. Bach nos hace sentir así. Y ese es su milagro. Hace ya mucho tiempo que dejé en este blog la sublime versión del preludio de la Cello Suite 1 que aparece en el film El silencio antes de Bach de Pere Portabella. Hoy toca el preludio de la Suite 3 ni más ni menos que tres vece

Circo de fieras (Fernando Marañón, 2010).

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El circo y el mundo van unidos. Y afirmar esto no supone novedad alguna, ya que tenemos a nuestras espaldas 3000 años o más de cultura corporal. Pero hay algo inherente al espectáculo circense que resulta mucho más inquietante. Este “algo” adquiere notoriedad si comparamos el circo con el teatro. No hay que estrujarse demasiado el cerebro para pensar y entender que la vida es un teatro, que la vida es sueño, y que somos una banda de alienados que tan sólo interpretamos un papel. Lo difícil es saber por qué, para qué y para quien. Esto si que requiere estrujarse los sesos un poco más. O no tanto. Porque tan sólo necesitamos comparar circo y teatro para darnos cuenta de que la vida tiene mucho más que ver con el circo que con el teatro. La vida vista desde dentro, no desde fuera; la vida desde las entrañas de las que surgen resignación, mansedumbre, docilidad, obediencia, sumisión, resistencia, dolor, pasión, intolerancia, rebeldía, ira y salvajismo… Si. Teatro y circo no tienen nada que

Las casas encantadas de Shirley Jackson y Richard Matheson

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De las telarañas que cubren este blog surge mi lamento, ahhhhh… Pero no, esta no soy yo lamentándose, es Julie Harris. Yo soy más guapa y más joven que ella, aunque tenga la misma pinta de pazguata. Y precisamente por lo primero, que no por lo último, no sirvo para el papel de Eleanor. Y precisamente por lo último, que no lo primero, tampoco sirvo para el papel de Madeleine, aunque Sir Alfred Hitchcock pensara en mí y solo en mí para protagonizar De entre los muertos . Yo soy una actriz muerta, y Eleanor, es el personaje principal de La maldición de Hill House , una exquisita novela escrita por Shirley Jackson en 1959. Si, exquisita, esmerada, refinada, amable… fina y elegante. Una de las mejores novelas góticas sobre fantasmas sin fantasmas o con todos ellos. Me explico: los fantasmas en esta novela van en bolas (en pelotas, desnudos) y, ¿qué es un fantasma desnudo?, pues aquel que no lleva una sábana blanca que marque su dimensión. Si la masa no se marca y tan solo “altera” el espaci