Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2011

Lo que cuentan las mujeres...

Dejo aparcado a Kawabata y paso a un best seller (también japonés). La autora es Yoko Ogawa y el libro se titula La fórmula preferida del profesor … Tan solo llevo unas páginas, pero me han sorprendido algunas líneas de estas dos hojas que transcribo aquí. Todo muy simple…, es un best seller adaptado al cine!, ja, ja… Tan solo me impresiona la enorme diferencia entre aquello que preocupa a algunas mujeres y lo que preocupa a algunos hombres. Y digo algunos porque, por supuesto, existen momentos felices de comunión entre géneros. Subrayaría los párrafos que me gustan, pero sobra. Se encuentran todos en la primera mitad, la segunda tan solo figura por respeto a este espacio que surge en la trama de la novela así, de repente, para profundizar en un pasado que se resume en dos hojas. El profesor abraza al niño. Lo llama “Root”. La madre de “Root” trabaja para la agencia de trabajos domésticos Akebono. El profesor sufrió un accidente que dejó secuelas en su cerebro. Tan solo puede recordar

Lo bello y lo triste (Yasunari Kawabata, 1965)

Imagen
Compré esta novela por el título: lo bello y lo triste. La palabra triste me resultó floja porque recordé las elegías de Duino de Rilke (en la que compara la belleza con algo mucho menos flojo: lo terrible) pero al ver que el autor era ni más ni menos que el premio Nobel japonés Yasunari Kawabata me dije: venga, vuelve a encontrarte con la sutileza oriental, a ver si te enseña algo sobre lo triste y lo bello que no sepas ya. Pero tenía mis dudas. Mira que me asombra buena parte del arte y el cine oriental pero, no se por qué, su literatura me parece distante y, por momentos, inaccesible; de ahí mis dudas. Y ahora, después de leer la novela, tan solo afirmo lo dicho porque no tengo suficientes pruebas ni argumentos ni ganas (una novela es poca cosa) para asegurar que resulta trivial. Creo (sin embargo) que no es más que un problema de equilibrio con la emoción, el espíritu y (en un plano más lejano) la naturaleza. La principal sensación que me ha transmitido aquello que conozco de orie

¿Leer y olvidar?

“Cuando cierras un libro, vienes de muy lejos. Has sido otro. Ya no puedes ver con los mismos ojos tu casa, tu colegio, tu familia ni a esa persona que tú creías ser. Nada es para ti igual a como era cuando te fuiste”. Rafael Reig nos cuenta en este artículo que transcribo casi al completo cómo alguien se convierte en lector… Al final del mismo apunto algo sobre la opinión de Reig acerca de la conveniencia de eliminar la “lectura” de los planes de estudio y su jocosa visión de los padres actuales, a los que considera “monitores de tiempo libre”. El texto surge de una entrevista con Juan Antonio Tirado y no tiene desperdicio. Sobre todo la sutil sombra que arroja sobre la lectura cuando la compara con otras formas de evasión. Resultaría triste que alguien no hallara en sus horas de lectura aquello a lo que se refiere Reig, a saber, su impulso transformador. “…Coincidimos los dos en que promover la lectura es tan innecesario como delator, ¿a quién se le ocurre fomentar que los jóvenes s

Locura por las teselas. M.C. Escher en Granada

Imagen
“Podría dedicar toda otra vida a trabajar en mis grabados”. M.C, Escher Tremenda exposición de M.C. Escher en Granada tanto por el contenido como por el diseño de la exposición, resultando en uno de los mejores ejemplos de equilibrio entre el espacio y la obra. La muestra se reparte entre la Capilla del Palacio de Carlos V en La Alhambra y el Parque de las Ciencias y cada uno de estos lugares se adapta de forma diferente tanto al entorno (el palacio y el parque) como a las piezas de Escher. El conjunto resulta una maravilla y más en estos tiempos en los que visitar cualquier sala de exposiciones resulta frustrante (y no me refiero a una colección de dibujos del siglo XIX en la March, sino al mismísimo Guggenheim y sus fuegos artificiales). Y es que la luz, la distribución del espacio, la ubicación de la obra dentro del espacio, las proyecciones, los pasillos, resultan importantes. No es lo mismo ver las xilografías de Escher en la Alhambra que en un Parque de las Ciencias destinado, pr