Fotoperiodismo y Julie, de Darcy Padilla. ¿Paliando dolor, compartiendo dolor o exhibiendo el dolor de los demás para enfatizar “mi” visión?
Antes de adentrarme en una orgía de reflexiones infundadas sobre parte de la obra de Darcy Padilla (en particular, su proyecto Julie), he pedido opinión a un segundo (mucho más joven que yo) por eso de contrastar. Y mira tú por dónde, me ha dado las claves para escribir algo breve y contundente. No hay duda. El fotoperiodismo no debería ser premiado, y más cuando hay una excusa social por medio (por no mencionar otro tipo de excusas). Poner como excusa un problema social para el beneficio propio, es una contradicción en toda regla y no tiene sentido. Por eso no me gusta gran parte del “arte comprometido” y por eso no me gusta el fotoperiodismo premiado. Colega, te tomo la palabra.
La crítica personal es libre, pero luego hay otro tipo de crítica, como dice mi contraste, extensible a una opinión colectiva que no mola nada, nada… porque entra dentro de la manipulación y la provocación. Precisamente este tipo de obra crítica, al buscar su sentido, encuentra su lado obsceno y pornográfico.
Por supuesto que las fotos de Darcy Padilla son buenas (o están bien hechas), es fotógrafa. Pero no revelan nada, tan solo exhiben la intimidad forzada de aquel que no la tiene. Puro exhibicionismo de alguien que seguro, no deseaba exhibirse. A saber lo que pasaba por la cabeza de la pobre Julie.
Hay que entienden el sentido de los límites de lo bello en el arte, el sentido de revelar verdades secretas, ocultas, incluso de acercarse a lo siniestro.
Pero esto que nos muestra Darcy no tiene nada que ver con ninguna de estas cosas. Su carácter pertenece a esa estirpe llamada fotoperiodismo. Yo sigo preguntándome ¿qué coño pretende denunciar esta gente?, ¿qué pretenden conseguir con ello? (dejando a un lado la pasta, claro).
Para terminar, una entrevista sin desperdicio con Ricky Dávila. El problema está en ofrecer un modelo de conducta, porque eso es inmodesto. Hay que enseñar, si… pero basta ya de promesas.
Algunas de las fotos de The Julie project, de Darcy Padilla.
La crítica personal es libre, pero luego hay otro tipo de crítica, como dice mi contraste, extensible a una opinión colectiva que no mola nada, nada… porque entra dentro de la manipulación y la provocación. Precisamente este tipo de obra crítica, al buscar su sentido, encuentra su lado obsceno y pornográfico.
Por supuesto que las fotos de Darcy Padilla son buenas (o están bien hechas), es fotógrafa. Pero no revelan nada, tan solo exhiben la intimidad forzada de aquel que no la tiene. Puro exhibicionismo de alguien que seguro, no deseaba exhibirse. A saber lo que pasaba por la cabeza de la pobre Julie.
Hay que entienden el sentido de los límites de lo bello en el arte, el sentido de revelar verdades secretas, ocultas, incluso de acercarse a lo siniestro.
Pero esto que nos muestra Darcy no tiene nada que ver con ninguna de estas cosas. Su carácter pertenece a esa estirpe llamada fotoperiodismo. Yo sigo preguntándome ¿qué coño pretende denunciar esta gente?, ¿qué pretenden conseguir con ello? (dejando a un lado la pasta, claro).
Para terminar, una entrevista sin desperdicio con Ricky Dávila. El problema está en ofrecer un modelo de conducta, porque eso es inmodesto. Hay que enseñar, si… pero basta ya de promesas.
Algunas de las fotos de The Julie project, de Darcy Padilla.
Comentarios
En cualquier caso, aunque haya utilizado lo del fotoperiodismo, no me refiero a los reporteros o cualquier profesional que vaya a cubrir un conflicto. Es su trabajo y ellos ya tendrán sus problemas. Me refiero a la elevación de todo a un grado artístico y de premio, y las razones por las cuales se considera el objeto como algo artístico o digno de premio. Algo que va más allá del sueldo que debería recibir el fotógrafo (un sueldo como el que recibimos los demás mortales). Entonces aparecen las contradicciones y las preguntas: ¿Cuáles han sido los objetivos del artista? ¿Por qué tengo que premiarlo? La verdad es que no sé si Darcy Padilla es artista, fotoperiodista o qué se yo. Tan solo quería incidir en eso que tú comentas: en la mesa del consejo se niega sanidad y asistencia (o al menos, toda la necesaria) y… sobre todo… nadie ahonda en las verdaderas causas de la injusticia. A nadie le interesa la verdad, sino sus secuelas. Entonces que no vendan verdad, sino secuelas. Y no sé si eso puede calificarse humanitario. Todo lo que aparece en estas y otras muchas fotos son resultados, consecuencias de algo (de una falta de inteligencia o estupidez por parte de Julie, de sus antecedentes familiares, de su educación, del sistema – que lo mismo ha querido ayudarla, aunque las fotos no lo reflejen -, de la publicidad, de lo que sea, a saber…). Lo que me molesta es la extrapolación de la fotógrafa y sus comentaristas: “cuando la fotografía se hace humanitaria” “… captura en miniatura la difícil situación de los pobres permanentes en Estados Unidos.
Si realmente esta mujer estuviera denunciando algo ¿le darían un premio? No sé… no lo comprendo, la verdad. No estoy segura de mi opinión respecto a estas cosas, nada segura. Pero es algo que me afecta desde bien pequeña: las imágenes de portada en los periódicos, los reportajes sobre hospitales psiquiátricos en Rusia, las imágenes de niños muertos de hambre en África… no lo he soportado nunca. Y ahora, me vienen los artistas con lo mismo… Y los problemas siguen ahí, nada ha cambiado. Creo. No entiendo el juego, de verdad, se me escapa…
El artista, quizás es libre para documentar lo que le venga en gana pero creo que hay un compromiso con la “creación”, desvelar a través de lo que haces algo que no está escrito… Y eso, desde luego, no es el trabajo de esta chica. Además es importante el marco en el que muestras tu arte, el sentido que le otorgas, el medio en el que adquiere sentido. Yo no entiendo sobre fotografía pero creo que su lugar está más allá del mundo real, es un mundo onírico el que habita. Refleje lo que refleje, la foto siempre capta un instante y lo catapulta al infinito. Y esta chica, con tantos instantes lo que hace es un reportaje. No sé, supongo que cada una de las fotos podría vivir por si misma en una expo… Pero insisto, su intención, me molesta por todo lo que ya hemos dicho.
http://www.diagonalperiodico.net/Que-nos-cuenta-la-prensa-y-a-quien.html
Las palabras de Ricky Dávila: letanías autojustificadoras, imposibles de comprender sin asumir los sobrentendidos que saturan el entendimiento
El fundamento teórico: el renovado interés por las minorías marginales, objetivo específico de los credos posmodernos, desde Derrida.
El fundamento social de cosas como el proyecto Julie: a todos nos interesan los asuntos morbosos, entrar en las penas de los demás.
Una exposición con historias de ese tipo garantiza éxito de audiencia. Recuperamos las barracas de feria de los personajes pintorescos o monstruosos...
El fundamento estructural . La Caixa ha realizado varias exposiciones durante los últimos años con imágenes de ese tipo, por lo general, para justificar sus "gastos sociales". Pero la obra social de la Caixa es un importante recurso publicitario... aunque lo justifiquen con argumentos altisonantes (recordemos la "movida" con H.Hacke)
Como apunta Juanjo Fernández, al final siempre aparece la relación con el rendimiento publicitario. Hace muchos años que los medios de comunicación antepusieron el fin publicitario al informativo.
Y tal y como van las cosas, se diría que al arte le está pasando algo parecido, aunque con una importante diferencia de escala. Si es arte, es "alta cultura" y su territorio de acción pasa de los medios publicitarios de consumo masivo directo (periódicos, revistas, televisión, etc.) a los medios publicitarios de consumo masivo indirecto (museos, galerías, etc.)
Existe un precedente antiguo muy relevante: Witkin...
¿Enfatizar "mi visión"? Sencillamente, ganar dinero.
Me pone mala la palabra "solidario" y "humanitario" más todavía... Voy a hacer una lista de palabras, ja, ja.