Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

Lo que deseo, lo dibbeo.

Imagen
No; el título no es una rima fácil. Sobre todo si nos paramos a pensar por qué y para qué utilizamos la multitud de “servicios” que nos está ofreciendo la red. Si… pensad, pensad… Quiero felicitar a Idibbit ahora por varias razones (entre otras muchas): -           Porque cumple un añito. -           Porque ha aumentado considerablemente la familia. -           Porque ha cambiado de look. -           Porque ha mejorado enormemente en usabilidad. -           Porque, de momento, es de las pocas aplicaciones útiles de verdad. -           Porque con lo fácil que es “perderse” y “olvidar” cosas en la red… (parece increíble, pero es cierto), Idibbit permite agrupar en un solo lugar todo lo que deseamos en un momento dado y compartirlo con los demás. Y que no se pierda en el olvido, y conseguirlo... que no es poco. Mis mejores deseos para la familia Idibbit. Espero que os transforméis en un gran baúl de ilusiones compartidas, cumplidas, deseadas por otros, comentadas,

Gonzalo Millán, 4 poemas sentidos.

Hago señas y signos pasajeros En aquel mismo árbol fui a buscar otro verano, el corazón ése, mal grabado sobre una playa de corteza tersa con la hoja viva y rota de un cuchillo. La crecida del invierno y de la savia había arrastrado nuestras letras, flechas y dibujos infantiles, hasta perderlos en el laberinto para siempre tragados por el remolino de las ramas. La fiesta local me ha perdido nuevamente de mi calle Al cielo la cabeza alzada observo también el eclipse, con el negativo de nuestra fotografía. Y tanto tiempo veo juntas de nuevo tu cara sobre el sol y mi rostro en la luna, que ciego te busco después entre las cabezas gachas y en mis cercanías, para ver en los vidrios ahumados y sobre la tierra, el reflejo solo de mi figura.  La ciudad 38. Por ahora no sé quien eres. ni adónde estás siempre. Se que nos ha tocado vivir en la misma ciudad y en un mismo país de la tierra al mismo tiempo. Y eso me basta. Hoy es de noch

Mentes brillantes y completas.

No es frecuente encontrar reflexiones que merezcan tal nombre en la red. Resulta hasta sorprendente. Estoy tan acostumbrada a tópicos y falacias lógicas que bastante tengo con sobrevivir en este mar embravecido plagado de pirañas descerebradas como para preocuparme en alzar mi voz y abonar el terreno (armarme) para arrasar todas y cada una de esas cabezas vacías. Pero… y con esto vuelvo a eso de encontrar “reflexiones” que merezcan tal nombre… lo que más me fastidia (lo que más me entristece, mejor dicho) es encontrar falsas voces reflexivas y razonables. Es lo que peor llevo últimamente. Sabios y doctos con años de aprendizaje bajo el brazo que utilizan sin más como símbolo de autoridad para exaltar su personalidad torcida. Y de vez en cuando, aparece la luz. En este caso es un artículo sobre dios y las creencias… y la ciencia… y la moral… y muchas más cosas… casi no se deja nada. Lo que más me ha gustado del artículo es su comienzo… alertando a los embravecidos de todos los bando