Mujeres aparte, la "cosa" de E.J. James (y III)
Prometí hablar sobre el
librito de marras y voy a hacerlo. He leído tan solo la primera novela y dos
tercios de la siguiente… creo… porque he leído dando saltos más grandes que los
de Zaratustra disfrutando por primera vez del formato epub en el tablet. No podía
ser de otra manera. El caso es que no sé muy bien lo que he leído pero como
broma ya está bien.
Primera cosa a destacar.
La literatura abstrae, se apodera del tiempo y lo deja en suspenso. De esta
manera uno lee despacio, mascando páginas y volviéndolas a mascar. Los
productos del tipo epub conseguidos a las bravas y con contenido deplorable se
consumen a lo bruto. Allá cada cual y sus deseos de embrutecerse. Con esto me
aferro a aquello que llamábamos libro. No puedo leer (y cuando digo leer me
refiero a eso mismo) en formato electrónico. Puedo hacer otras cosas pero no
aquello que me gusta. Para mí leer supone una experiencia sensual en toda
regla. Una experiencia que anda muy lejos de la que me proporciona la “consulta”
de sotocientas páginas web desde mi móvil, tablet o laptop. Lo mismo cambio en
dos días, pero de momento, no.
Sé que también existe
esta novelita en formato tocho, pero me van ustedes a perdonar…
Segunda cosa a destacar. Los
personajes son una farsa. Anastasia (nombre rimbombante) no es Anastasia, es
Ana. El Sr. Grey no es el Sr. Grey (como Mr. Blonde), no…, es Christian. Son
simples hasta el descaro. Capaces de aburrir hasta a las lectoras con poco o
nulo gusto por la lectura.
La historia, no es lo que
parece, sino todo lo contrario. Empezando por aclarar que no hay una historia. El
libro es una eterna noria que pasa una y otra vez por las chuminadas que tiene
Anaanoréxica en la cabeza. A saber: me quiere, no puede quererme, lo quiero sin
condiciones, espera, tengo muchas condiciones, estoy celosa, no estoy celosa,
por qué yo, es demasiado para mí… mmm cómo me pone este tío, no soy digna de él,
espera, me da miedo…. Una braga vamos. La cenicienta lo tenía más claro, joder.
He dicho noria, no montaña rusa.
El sexo. Pues sí, hay
sexo. Por todas partes. Hay tanto sexo que al final (o al principio) terminas
esquivándolo igual que esquivas un riachuelo en el camino para llegar al otro
lado. Quizás esperas una laguna, no sé, algo de aventura, pero no… Si tuviéramos
a nuestro Grey particular delante, recordaríamos cada uno de los polvos
salvajes con él de hace unas horas y nos centraríamos en los siguientes, y así
eternamente pero… hijos míos, esto es una novela. Al final terminas hasta los higuillos de leer…
“Gimo”.
Aquí ocurre igual que en las
telenovelas y en las pelis muuuuuy malas. Están escritas desde el minuto uno
(con final incluido) y tenemos que soportar un laaaaaargo camino de pequeños
obstáculos hasta el final esperado. Al no haber tragedia, porque no la hay ni
se masca, ni siquiera queda lugar para pequeñas catarsis. Una lástima.
Me aburro, no sé qué más
decir. Lo único importante ya lo dije en el otro post. Hala, a otra cosa. Aquí
termina mi aventura terrícola.
De regalo, un vídeo de
Mr. Blonde.
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