Algunas notas sobre lo "objetivo" y "subjetivo" del Arte, la mortadela Valle y la felicidad.
Quiero explicar por
encima el comentario que he dejado en el post sobre las fotos de Nicolas
Guérin. He afirmado, bastante rotundamente lo siguiente “el arte NO es
subjetivo. El gusto, es subjetivo. La experiencia
estética es subjetiva. Existen los objetos artísticos y el arte debe
concentrarse en estos objetos y sus cualidades”.
Bien, pues debo decir
que esto no es del todo cierto. Obviamente un sujeto transforma su mirar, sus
sensaciones, percepciones, sentimientos, en una obra… Además, otro sujeto
dotado de 5 sentidos (ni más, ni menos) reacciona ante la obra. Así que puestos
a hablar de subjetividades y relativismos… tenemos varias piezas para liarnos a
jugar en torno al arte; sobre todo en torno al arte del siglo XX... y al de finales del siglo XIX... quizás debiéramos viajar hasta el
Renacimiento... Con esto, doy la razón a varios de los comentarios que han
surgido en torno a ese post. Somos sujetos, como decía Kant… y no hay más.
Bueno sí, están los sujetos trascendentales y otros absolutos más severos de
idealistas posteriores pero no vamos a entrar en ellos, aunque son la base de
todo…
Pues eso, doy la razón
peeeeero… -y aquí me lanzo a un pequeño charco-, cuando hablamos de Arte (nota:
A mayúscula), la cosa cambia. Existen ríos y ríos de tinta escritos sobre arte,
la obra de arte, su sentido, su objetividad, su cosicidad… Existe una cosa que
se llama Estética (rama de la Filosofía e Historia del Arte) cuyo objeto
inicial y final es la obra de arte en sí misma. Bien, pues desde la estética se
ha atendido al sentido de la obra de arte, a su verdad objetiva como “ente”
independiente de nuestras creencias subjetivas y gustos, a su fundamento más
allá del hecho de ser conocida o incluso creada por un sujeto individual… a su
pretensión de “verdad científica”… No, no estoy loca. Creo que el idealismo
trascendental de Kant colocaría a algunas cosas bellas o a lo bello, mejor
dicho, más allá del sujeto (individual), muy cerca de la ciencia o… en la base
de la misma posibilidad de toda ciencia… En fin.
Quiero decir con esto
que cuando un individuo ha leído “algunos” libros sobre estética y otros sobre
filosofía, debéis exculparle por sus afirmaciones. No está muy bien de la
cabeza y aunque reniegue de lo aprendido, el poso queda. Os aseguro que hoy en
día meto la estética y todos los libros que he leído en un bocata de mortadela
Valle, me lo zampo y listo. Ni me entero. Vamos, que me da igual ya… Pero, como
digo, el poso queda, y de ahí mis comentarios. Lo siento.
El artista, en
principio, debería desentenderse del objeto que acaba de parir. El artista,
dijo alguno (ya no recuerdo si fue Paul Valèry), “abandona” (literalmente) la
obra… y entonces ésta (la obra) se queda sola, es dada al mundo… más o menos…
Van Gogh nos dejó su cielo estrellado… y sus zapatos de labriego. Heidegger busca en su obra “El origen de la obra de
arte” eso que acontece como arte, prescindiendo del artista y del arte en si mismo,
atendiendo únicamente a su carácter “cósico” y es allí donde busca su origen.
Para Heidegger (que en su librito, se centra en los zapatos de labriego de Van
Gogh) las obras (de arte) no son sino “apariciones” que nos presentan la verdad
de las cosas (o de las personas, o del cosmos)… Ahí lo dejo. No es de extrañar
que su pensamiento llegara tan lejos (al cosmos, ni más ni menos) cuando
atendiendo a lo cósico del arte, intentara ir más allá del mero “útil”. En el
cuadro de los zapatos de labriego, éstos (los zapatos), hablan a Heidegger y le
hablan sobre el modo de darse más allá de su utilidad, le hablan de su
“esencia”. Le hablan de una suerte de verdad de lo “presente” en el mundo.
“En la oscura boca
del gastado interior bosteza la fatiga de los pasos laboriosos. En la ruda
pesantez del zapato está representada la tenacidad de la lenta marcha a través
de los largos y monótonos surcos de la tierra labrada…”. Bla, bla y bla… ¿Es
Heidegger el que ve esto? Por supuesto. Pero… si atendiéramos a esta
subjetividad nos cargaríamos cualquier pretensión de establecer una filosofía,
una historia del arte o una aproximación (si, dejadme decir “científica”) a la
obra de arte en sí misma.
Si mantenemos
subjetividades y relativismos en torno al objeto artístico, jamás estará a
nuestro alcance. Al de todos digo. Estará al de cada uno, a su manera. Allá
cada cual. Pensemos en los ornamentos de una columna o en la estructura de un
templo, ¿dónde queda el sujeto y lo subjetivo al observarlo?... perdidos ambos
en el tiempo. El tiempo cristaliza, y la estética y el pensamiento han
pretendido algo así: objetivar, dar forma a algo que se nos escapa. A algo que
quizás queremos que esté más allá de nosotros mismos.
Digo… queremos, pero
en verdad, uno acaba hasta los higuillos de subjetividades que se venden como
verdades objetivas. Por eso llevo mucho tiempo sin escribir sobre estas cosas. Y
sin leer sobre ellas. Ahora bien… la felicidad que “en momentos” me produce el
arte, es solo mía. Esa creencia de “ver” la belleza como nadie más la ve… Es
solo mía. Lo dicho. Solo mía. Así que estoy sola que te cagas.
Para más datos, leer
a Félix de Azúa. En particular cualquiera de sus escritos sobre estética, en más
particular, su diccionario de las artes, comentado un poco en mi entrada sobre
Desocultación y los zapatos de labriego de Van Gogh.
Comentarios
Esta frase indica perfectamente como relegamos la opinión individual con sus matices, a una opinión aceptada para un puro entendimiento. Y tengamos encuenta que no hablamos de elementos cuantificables, como la técnica. Sino de un sentimiento inexplicable de empatía con la obra y mi mundo interior donde encaja perfectamente. (Por poner un ejemplo, Aldous Huxley en Las Puertas de la Percepción, cuando habla de la conexión que siente con varias obras artísticas y musicales, como en ese instante las comprende desde un punto de vista emocional, pero sólo válidas para él mismo). Arte no es más que otro término acordado para poder entendernos y comunicarnos con unos patrones reconocibles, otra subyugación parcial del subjeto.
"2. amb. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros."
La Real Academia lo define así. Observen en que se hace incapié (se expresa una visión personal). El arte (lo que quieran que consideren o no arte) son todo creaciones que nacen del individuo, para plasmar una emoción individual, no se crea para complacer al público (o no se debería, eso es comercio). Se crea para complacer los deseos que nacen en uno mismo de realizarse a través de ciertos medios (escritura, pintura, escultura,...) para poder conocerse y comprenderse a uno mismo. Existen obras tremendamente exquisitas a nivel técnico, pero que no representan nada emocionalmente hablando para el autor y para quien las mira. Veamos a Goya, La familia de Carlos IV, es un ejemplo de lo anterior. Saturno devorando a un hijo, en cambio es una visión muy personal del mito, con sus matices y se observa algo del autor en él que podemos reconocer en nosotros a través del cuadro o no, ¿dibujaría así yo ese hecho, con ese tenebrismo, esa mandíbula casi desencajada,...? Con esto vemos evidentemente existe una diferencia entre la obra útil al observador o inútil, en un plano emocional, ya que para el mismo autor existen casos en los que sus creaciones no se rigen por sus deseos sino por deseos de otros. Ahora bien volviendo a la definición acordada de la RAE y sabiendo esto último,¿qué visión personal se expresa en el cuadro de Goya, la familia de Carlos IV? ¿No es sólo la creación de un elemento pautado y dirigido para satisfacción de un individuo ajeno al creador de la obra? (y ahora viene la pregunta maestra) ¿Cuántos aficionados y profesionales del arte considerarían la obra como "arte", cuando la misma definición que hemos acordado sobre ello mismo la contradice?
Y me dirás “hablas de sentir y eso es subjetivo”, por supuesto, pero esto no quiere decir (al menos, no para mí) que el producto de ese sentir sea algo “subjetivo”.
Por lo demás, también puedes reconocerte en un cuadro de Durero… o reconocer ese algo que está más allá de ti. Todo lo que dices sobre una obra útil o inútil al observador tiene que ver contigo (con que la obra te hable o no te hable), pero no con la obra en un contexto cultural, artístico, estético… y más allá, con la obra "en sí misma".
Sé que esto no responde a tus últimas preguntas pero responde a la objetividad de la obra. Algo buscado, artificioso quizás, pero una realidad en la historia del arte y la estética. No sé si te podrá ayudar una definición que me dieron a mí en la facultad. Arte es todo lo que las galerías deciden que es arte. Sí, sé que parece una tontería pero no lo es. La historia de estos objetos es apasionante, de su función culturar, de su papel en la sociedad, de su poder educativo, etc, etc… El arte ha tenido múltiples funciones y significados; siempre ha sido interesado y no solo por responder a “pedidos” (de un obispo, por ejemplo que indicara hasta el volumen de cierto pigmento que debía llevar el manto de la virgen, de un rey que quisiera tener un retrato suyo o de una mujer desnuda…) sino por responder a una "necesidad, intención, deseo..." también es interesado el arte de Blake, uno de los vendidos como más espirituales… Quizás se salvarían algunas piezas de las vanguardias en las que el propio artista manifestaba una intención de no plasmar absolutamente nada “intencionado”… Pero bueno, eso es otro tema.
En definitiva, comprendo lo que dices, pero el arte en un marco académico va mucho más allá del sujeto, debe ir mucho más allá que la sensación que produce en el propio artista a la hora de producir y en el observador en el momento de percibir la obra. Es decir, el arte debe ser interpretado más allá de la propia subjetividad o de la subjetividad misma. Aunque sé que sigue sin servirte :-) Te recomendaría que leyeras un texto de Edgar Allan Poe sobre la composición de su poema El Cuervo, es imprescindible la lógica (exagerada) que aplica a la composición del poema para "hacer sentir" al lector lo que él quiere que éste sienta. Te lo pego aquí porque está en Ciudadseva:
http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/poe01.htm
Tu como estudiante del mundo que enmarca y decide sobre lo que debe ser ensalzado y no, crees saber definir los límites, pero algún día te darás cuenta de que esos límites no están puestos por un motivo académico, y más ahora en esta generación donde cada vez somos más los que tenemos los medios y capacidades para desarrollar habilidades creativas. Antes era sencillo escoger entre los 20 de cada generación, pero ahora entre los millares que salen en cada una ¿quiénes son los elegidos para ser referentes? ¿Por qué crees que no es tan sencillo hoy en día marcar referentes?
No es en si mismo, es el reflejo de nuestra concepcion de el.