De campo a campo y tiro porque me toca.

Esto es la guerra. Esto es deconstrucción pura y dura… Cómo me gusta. Aquí dejo la respuesta de mi amiga. Muy interesante. Hay algunos puntos que deben aclararse urgentemente. Dos anotaciones importantes en respuesta a tu primer párrafo.

El idealismo nace como una respuesta a la necesidad de replantear el sustento filosófico del conocimiento en el contexto del nacimiento de la Ciencia Moderna (la de Newton). En este sentido, podemos considerar al idealismo como la primera epistemología propiamente dicha en cuanto que teoría filosófica del conocimiento y la ciencia. Que hoy sepamos que el conocimiento no es cierto (verdad) si no probable… no quiere decir que tiremos a la basura un montón de cosas.

Años después, el realismo ontológico concebirá una realidad que existe independientemente de que la ciencia pueda proporcionar conocimiento sobre ella. Las teorías científicas permitirían (en función del paradigma epistemológico en que nos situemos) descubrir o acercarnos a esta realidad. Las cosas existen independientemente de que los humanos tengamos la capacidad de observarlas. Un realista ontológico, consideraría que las teorías científicas siempre se mantienen en el ámbito de las conjeturas.

Obviamente. ¿Y ya está?... Pero ¿y cómo nos acercamos entonces a esa realidad que existe independientemente de nuestra percepción sobre ella, de nuestro conocimiento sobre ella, de los datos que nuestra sensibilidad recoge sobre ella? Con la ciencia. Y ¿Qué hace Kant?... someterla a juicio para ver si es útil o no. Ja, ja… Y como entre con el positivismo no termino…

Finalmente decirte que estoy de acuerdo con el resto de las cosas que dices (con algún que otro matiz) y que la frase que dices que digo y que dices que es falsa, no lo es :-). Solamente está mal interpretada. Lo primero, y ya lo dijo Kant (que sufrió la misma crítica) es la experiencia. Después viene el conocimiento. La realidad está fuera y nosotros intentamos comprenderla desde dentro y desde fuera. Y si queremos hacer ciencia (conocimiento elaborado) tenemos que recurrir por cojones a “presupuestos” es decir, a postulados, supuestos… idealistas. Sips. Si no, armaremos un barrizal de cojones. No digo que la teoría esté antes que la práctica. No. Digo que para teorizar hay que suponer… algunas cosas, presuponerlas, vaya. Y si, he metido lo de materialistas de izquierdas por ser un poco cabrona. Porque a ellos es a los que más jode tener que recurrir a estos presupuestos. Ja, ja…

Ahí vas, querida.

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La verdad es que pierdo la razón con el recorrido histórico-filosófico de tu artículo. Yo no sé tanta filosofía para poder haber hecho algo así, pero creo haber sido capaz de seguir tu hilo argumentativo. No he leído a Kant, ni a Marvin Harris, ni a Lyotard…). De todas formas, yo no voy a centrar mis comentarios en el idealismo, ni en el materialismo, que para las ciencias (sociales) poco importan, sino en una ontología realista, es decir, lo que es, existe por encima de nuestra percepción. Luego, un árbol es un árbol, indistintamente de que nosotros lo percibamos o no.

“Y aquí surge el problema que nos resolverá el apunte sobre Marvin Harris. El problema es pretender hacer de la estética, la filosofía, la política, la antropología, la cultura, una ciencia. Y mayor problema es que los materialistas de izquierdas pretendan hacer ciencia porque tendrán que recurrir siempre a presupuestos ideales o volverse locos.”Aquí estoy muy en desacuerdo contigo y creo que algunas aclaraciones serían importantes. El enfrentamiento entre ciencia y antropología, cultura, política... no es tal. Es decir. No es una lucha entre ciencia y humanidades, sino entre objetivismo y subjetivismo, entre lo masculino y lo femenino. Entro aquí en cuestiones epistemológicas y donde creo que surge la mayor fractura entre dentro de las ciencias. Las ciencias naturales se han inscrito tradicionalmente bajo un paradigma positivista. Bajo este marco teórico, el conocimiento es un conocimiento objetivo, que va en busca de válidos, generalizables... Va en busca de la Verdad. A ella se accede usando métodos adecuados que nos guíen a la luz, a la verdad. (Estamos bajo la luz de la Ilustración y la razón como guía). Pero llega el “Scientific turn” del que tú debes saber mi cosas más que yo. Y llegan Heisenberg (lo que describo), Pooper, Kuhn, Feyerabends... y ya no se puede saber la posición y el momento de una partícula subatómica y además la propia observación puede alterar a ésta (con las enormes implicaciones que tiene esto en cuanto a la noción de independencia entre el observador y lo observado, fundamentales en las ciencias sociales)... Y con Kuhn y todos estos se da un giro que no tiene marcha atrás: el conocimiento pasa de ser cierto a probable. Aquí es donde los tres paradigmas en los que yo me muevo (y que tú has descrito en tu escrito) surgen. En el paradigma interpretivista, es en el que yo colocaría a Marvin Harris. Se preocupan por la percepción, y el conocimiento viene a ser una construcción de la realidad. Sólo podemos comprender cómo los individuos representan su realidad simbólicamente a través del lenguaje. Bajo esta concepción del conocimiento están los antropólogos como M. Harris que ven en el antropólogo el papel del “lector de símbolos”. El que le dice al indígena, lo que significa su danza ritual de la lluvia. El antropólogo que se mete en una cultura para describirla, sin que su presencia altere la observación.

Y tú apuntas “y mayor problema es que los materialistas de izquierdas pretendan hacer ciencia porque tendrán que recurrir siempre a presupuestos ideales o volverse locos.” Yo a los materialistas de izquierdas, como tú los llamas, los colocaría en el siguiente paradigma, el crítico. Éstos también son construccionistas. Es decir, los significados los construyen los seres humanos a medida que interaccionan con el mundo que interpretan. Pero los críticos complican un poco más la naturaleza de conocimiento: el conocimiento de la cultura dominante es promovido y otras formas de conocimiento quedan en el ostracismo. “La teoría surge de la práctica”: emblema de Paulo Freire (mi adorado pedagogo). Por lo tanto, las construcciones dominantes del conocimiento promueven desigualdades (Bourdieu, se adscribe a esto y ... yo y...). Aquí teoría y praxis van de la mano. Posmodernos que hacen exposiciones con el polvo de los cráneos de los muertos en ajustes de cuentas entre maras… mal, mal. Lo que hay que hacer es lanzarse a las calles para que cambien el sistema. Aquí también están las feministas… A luchar porque las leyes sean más justas para las mujeres… El eterno dilema del paradigma crítico: unir teoría y praxis. Ahí estoy yo. Y aquí es donde critico la frase al comienzo de este párrafo. No. La teoría (los ideales) surge de la práctica, no al revés. Esa frase es falsa. Yo, he salido de mi aula, de mis enormes dificultades para enseñar a niños latinos, pobres, sin papeles… para ir a la universidad. A ver si alguien me explicaba qué ocurría ahí abajo. Y de arriba (de la teoría) quiero volver a ir abajo.

Nos falta el deconstructivismo. El posicionamiento epistemológico es el subjetivismo. Los individuos negocian (resisten y reproducen) el conocimiento a través de “regimes of thruth” (Foucault) y las instituciones totales. El conocimiento es poder y viceversa. Aquí no hay lucha. Aquí se asume que hay un sistema, que hay unas relaciones de poder. Se analiza el lenguaje y lo que tiene detrás, surge el juego, el pastiche… el pensamiento occidental no es el único, no los valores blancos occidentales los mejores. Y aquí aparece (creo) la artista feminista que tú tanto criticas que coloca sus bragas manchadas de regla en un marquito monísimo para ensalzar la liberación sexual de la mujer. Y ahí tú te acuerdas de la madre de la niña y para qué le pagaría durante tanto años la academia de dibujo y yo pienso, por un lado eso, y por otro: pues si la niña verdaderamente cree que es su forma de ensalzar su libertad sexual, pues… genial. No sé, quizá es contradictorio, pero vivo felizmente con esa contradicción en estos momentos. Aunque en unos meses… quizá no. Eso sí, cuando lo llevo a mi campo… la cosa cambia. Me irritan los profesores que van escribiendo libros sobre el poder y las desigualdades y… y luego ellos han acaparado el poder que antes ocupaban los opresores… Mmmmm

¿Sabes lo que creo? Que estamos en el mismo barco. Que las dos estamos en un paradigma crítico, aunque tenemos nuestras contradicciones internas (o al menos yo). Lo que pasa (y ahora frivolizo) es que hay que ser de izquierdas. Eso es fundamental para estar en este sitio…

Bueno, no sé si te he respondido a algo o no… pero a mí me ha servido para aclararme un poco en el trabajo que tengo que hacer para dentro de dos semanas.

Bueno, mi explicación no le llega ni a la suela del zapato a la tuya, pero… espero que puedas entender los marcos teóricos en los que yo me muevo y cómo para mí cuando vas del M. Harris al posmodernismo y luego al materialismo y luego al feminismo (no sé si crítico o posmoderno) y… me pierdo. Porque como yo estoy empezando a leer todo esto, pues yo me muevo con mi cuadrito de cuatro columnas que, la verdad, me ayuda a entender las cosas un poco mejor.

Ah, y con lo de las reglas que yo voy a tener que adoptar… sí es cierto, la universidad no creo que sea el lugar para un “critical” de verdad (o al menos eso me huelo), pero a ver dónde desembarca el velero que acaba de comenzar el viaje… Es verdad, para libertad estilística… el blog. Aunque a la hora de escribir… las reglas ayudan un poco (al menos para los que estamos empezando).

¡ Pero será que me tengo que hacer mi blog…!

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